Los llaman héroes, guerreros, valientes, campeones y tienen todo el permiso a hacerlo porque se lo merecen y así lo son. La Vinotinto sub 20, que finalizó subcampeona mundial el pasado domingo, se ha convertido en el mejor aliento para un pueblo que atraviesa por tiempos difíciles en los que la esperanza comienza a escasear. “Ha sido un bálsamo en tiempos de heridas”, dice Fernando Petrocelli, periodista venezolano de la cadena DirecTV Sports.
«Bienvenidos, campeones vinotinto», se leía en una pancarta durante el recibimiento que les dieron a los 21 jugadores en Venezuela el martes. No ganaron el Mundial, pero sí el corazón de todos sus hermanos, los mismos que madrugaron para ver sus partidos durante casi un mes.
Pero dejemos de lado por un momento la repercusión social que ha tenido todo ello y preguntémonos ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo llegaron hasta tan lejos si desde su clasificación al Mundial nadie imaginó que pasarían la fase de grupos?
Nos sorprendió a todos, ¿no? Petrocelli reveló algunos detalles del trabajo que realizó el equipo sudamericano para obtener el subcampeonato del mundo. Él visitó nuestro país para ser parte del Seminario Internacional de Periodismo Deportivo organizado por el IPD y Toque Fino.
La «mini vinotinto», como le llaman algunos, tuvo un plan de 22 meses antes del Mundial, en los que se cumplieron más de 300 sesiones de entrenamientos, más de 40 partidos amistosos -en ocasiones iban detrás de la selección absoluta en Eliminatorias para jugar con la sub 20 de su rival de turno- y varias giras por el mundo para complementar su continuidad. Y digo “complementar” porque más del ochenta por ciento de los veintiún jugadores venezolanos llegaron con casi más de 30 partidos jugados con sus equipos. Cinco de ellos juegan fuera, los demás, disputan el torneo local.
¿Tan buenos son todos como para que sean titulares en sus equipos? No, no se trata si son buenos o no. En Venezuela, las oportunidades a los jóvenes no llegan porque al entrenador se le lesionaron los titulares o algún otro facor, sino más bien porque la regla así lo manda. Todo equipo de fútbol venezolano debe alternar, por lo menos, un jugador sub 20 en sus partidos y éste, en caso sea sustituido, debe ser reemplazado por otro de su misma categoría.
Pero esto es solo una parte del secreto que guarda esta selección y que los llevó al éxito.
La otra parte se llama Rafael Dudamel y así lo afirma Petrocelli. «Cuando veía la entrevista a Dudamel luego del partido, dos de sus jugadores, que esperaban para también ser abordados, lo veían con mucha admiración y respeto. Para todos esos jóvenes, Rafael es su papá», contó sobre el técnico venezolano que ha hecho excelentes trabajos en inferiores.
«Dudamel se rodeó de gente muy profesional para fortalecer su equipo. Varios del cuerpo técnico de Richard Páez estuvieron con él. Hizo un trabajo muy profesional y planificado». Fernando enumera todo lo que ha logrado el entrenador con la vinotinto y concluye que su liderazgo ha sido fundamental para crear una mentalidad ganadora en sus muchachos. “En las categorías formativas hay que saber cómo enseñar. Que los marcadores no sean lo más importantes, sino las herramientas de cómo llegar al éxito. Rafael es un formador, más que un entrenador”, aclaró el periodista.
Sin duda existen otros factores, como la calidad individual de cada jugador, que también influyen en este tipo de logros. Pero lo hecho por Venezuela es imitable. En especial para la blanquirroja, eliminada en fase de grupos del Suramericano de la categoría por debajo de Bolivia. Los buenos ejemplos están permitidos copiarlos.