Últimos partidos de preparación, cuestiones sobre el mercado de fichajes que alteran la calma de las selecciones y un rosario de llegadas a las diferentes sedes. A cuatro días del comienzo del Mundial, todo se acelera en Rusia. El partido de apertura, Rusia-Arabia Saudí, será el jueves a las 11:00 am (hora de Venezuela) en el célebre y renovado Estadio Luzniki. Sin duda, no es un cartel que seduzca al planeta fútbol.
El verdadero acelerón llegará un día después, con el derbi ibérico Portugal-España, en Sochi.
Cristiano Ronaldo, la gran estrella portuguesa, aterrizó el sábado en Rusia y este domingo inició los entrenamientos en Moscú bajo una ligera lluvia. Los equipos que están arribando a Moscú se van a encontrar un clima sorprendente a las puertas del verano ruso.
Este domingo las temperaturas no superaban los 13 grados, alternándose la lluvia y las nubes con algunos claros. No es el caso de todas las sedes. En la región de Sochi, a orillas del Mar Negro, las temperaturas tocan los 30 grados y las playas están repletas.
Pero el clima fresco de Kratovo, en el sureste de Moscú, donde Portugal ha depositado sus maletas, no desanimó al centenar de aficionados que acudió para ver al crack del Real Madrid y su nuevo corte de pelo, con la cabeza rasurada.
Y uno de sus fallos, un balón que envió a un árbol. España, por su parte, finalizó el sábado su preparación con un triunfo por la mínima (1-0) ante Túnez, con un gol de Iago Aspas en Krasnodar, el lugar elegido por la Roja para concentrarse.
“Cuando llegue el viernes, si ganamos a Portugal no le daremos más importancia a los amistosos que hemos jugado antes”, señaló el propio Aspas, reconociendo la actuación sin brillo de su equipo.
¿Dónde está Salah? El viernes, antes del Portugal-España, está programado un Egipto-Uruguay también muy esperado. Luis Suárez y Edinson Cavani estarán por el lado suramericano.
¿Se encontrarán enfrente con Mohamed Salah? La sensación del Liverpool no se ha recuperado todavía del golpe en la clavícula izquierda que sufrió hace dos semanas en la final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid.