El Real Madrid goleó al Sevilla (4-1) con un ambiente festivo en el cierre del curso en el estadio Santiago Bernabéu, donde destacaron la versión salvadora de Keylor Navas, la pegada de Cristiano Ronaldo, autor de un doblete, y un brillante Marco Asensio para dejar un aroma a título a falta de dos partidos.
Al equipo de Zinedine Zidane le restan dos ‘finales’ para conquistar la Liga, en Balaídos ante el Celta y La Rosaleda frente al Málaga, con margen para empatar una de ellas.
Son los cálculos de un Real Madrid que sueña con el doblete más grande tras superar a un Sevilla con bajas, que comenzó pecando de inocencia pero obligó a su rival a tomarse en serio el duelo con una reacción de casta.
El Celta había rotado en su partido. Sus titulares examinarán al Real Madrid en un duelo clave por el título el miércoles. Impulsó a Zidane a dar descanso a Marcelo, en la grada, y a Casemiro, Modric, Isco y Benzema. Las rotaciones aparecieron en un Bernabéu que celebró, sufrió por minutos y acabó siendo una fiesta.
Aparecían en el equipo Kovacic, Marco Asensio y James para dar movilidad, conducción de balón rápida y presión, pero el Real Madrid pierde el equilibrio sin Casemiro.
El Sevilla, que se asegura el cuarto puesto de la Liga pese a la derrota, salió a por el balón y tras avisar con un disparo de Vitolo que respondió Morata con un mano a mano en el que no pudo definir ante la salida rápida de Rico, llegó un tanto del más listo de la clase.
Nacho, con picardía, sacó oro de una falta a Asensio al borde del área para romper el partido. Ningún sevillista se posicionó delante del balón. Ningún madridista pidió pasos. Era un lanzamiento para Cristiano Ronaldo y ante el exceso de confianza, el comodín de Zidane que jugaba en esta ocasión de lateral izquierdo, chutó sin oposición a la red y celebró por todo lo alto un tanto clave.
Asensio disfrutaba en el campo. Aparecía entre líneas con garra y hambre. Mordía para recuperar, conducía con clase, se asociaba con taconazos en una zona del campo y desequilibraba segundos después en la opuesta.
James, en el que se perfila como su último partido en el Bernabéu, era todo voluntad. Antes de que se juntasen para el segundo, Keylor demostró que iba a ser el gran protagonista.
En el mismo sitio donde fue silbado tras cada error y perdió la confianza por momentos, rescató su imagen de salvador. Se lució ante Jovetic, que desequilibró siempre y superó con facilidad a la defensa madridista. Se topó con un poste en un primer intento y con un pie le sacó el balón el portero tico en el segundo.
Decidía la pegada. El siguiente ataque nació de un robo de Asensio y una contra de cuatro contra cuatro. El balón cayó a James, recortó y chutó, Rico rechazó con la mala suerte de ver cómo el balón caía a un jugador que disfruta en la zona del nueve. Cristiano marcó a puerta vacía.
El Sevilla era castigado con dureza, pero sacó el orgullo después de unos minutos en los que hizo un amago de descomponerse. Lanzado el Real Madrid, hasta Danilo provocaba un olé de la grada con un regate con bicicleta. James buscaba la escuadra con una falta lateral. Fue la última acción de peligro blanca del primer acto. El resto solo tendría un actor: Keylor Navas.
Vitolo explotaba la fragilidad defensiva de Danilo y Keylor salvaba de nuevo con los pies un disparo de Correa. A los pocos segundos volvía a aparecer Jovetic con un toque de genio. Picó el balón y el travesaño evitó el tanto. Dos disparos a la madera y otra mano brillante del portero madridista a Jovetic plasmaban los momentos de duda de los de Zidane.
No se resolvieron en la reanudación. Al centro del campo blanco le faltaba consistencia ante un equipo que ha tenido gran protagonismo toda la Liga hasta que llegó el golpe europeo ante el Leicester que nunca asimiló. Jovetic encontró el justo premio a su partido en el minuto 49. Una jugada de Vitolo la culminó con un disparo imparable.
A la hora de partido reaccionó Zidane ante lo que veía. James dejó el campo, como Morata, que también medita su futuro. Entraba Casemiro para aportar la consistencia que faltaba y Lucas Vázquez para abrir el campo. El dibujo pasaba a ser un 4-1-4-1 con Cristiano de nueve.
El portugués probó a Rico con una falta lateral. Entraba Modric al campo y el Bernabéu respiraba. Solo Correa por el lado de Danilo podía interrumpir la tranquilidad, pero se olía el tercero en un Bernabéu que empujaba a los suyos.
Apareció de nuevo Asensio con pase al espacio de Kroos, descolgado en el costado izquierdo. Su pase atrás a Cristiano lo definió el luso como el mejor matador. De primera, con el cuerpo colocado a la perfección para firmar un zurdazo con rosca que se coló por una escuadra. Era la hora de festejar en un Bernabéu que huele títulos.
El encuentro lo cerraría otra acción parecida por la misma zona. De nuevo Asensio, con pase a Nacho y la cesión de éste atrás la remató Kroos. Con la derecha, ajustado a un poste. Fue el cuarto y el broche en un estadio que coreaba con olés el juego de sus futbolistas. La mejor de las imágenes en el momento que se deciden los títulos, con un Real Madrid que se lanza a por el doblete.
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