El Real Madrid rompió su mala racha con un triunfo que mejora su situación en la Liga de Campeones ante al modesto Viktoria Plzen (2-1), pero que no cierra su crisis ni cura sus males -falta de pegada y graves errores defensivos- ni asegura la presencia de Julen Lopetegui en el clásico contra el Barcelona. La goleada que habría permitido llegar al Camp Nou a Julen Lopetegui no se produjo en un Bernabéu donde su afición asiste incrédula al desplome de su equipo.
El Real Madrid firmó un triunfo sin confianza y con miedo ante un rival menor. Acabó sufriendo y salvando los puntos por el poco acierto rematador del rival.
Nunca un 9 madridista tuvo tan poco romance con el gol en el resto de competiciones, pero sí en la más prestigiosa. Disfrutó en una primera parte en la que Karim fue el mejor. Movimientos inteligentes, un control en carrera mágico para dejar solo a Bale, pero el Real Madrid no sentenciaba.
Dominio sin pegada. Hasta pecó de egoísmo Benzema, algo inédito, cuando escorado buscó el disparo para toparse con el portero con Bale solo para marcar. No sentenció el Real Madrid cuando Isco recibió un pase del portero rival y picó el balón en exceso. Pagaba nuevamente su falta de puntería el equipo de Lopetegui, que comete desajustes defensivos graves.
Y así fue como llegó el segundo. Fede inició con casta una acción, un taconazo de Bale dejó solo a Marcelo, que enseñó a los delanteros a definir. Con la zurda, picó el balón a la red. Quien pensase que el actual Real Madrid sentenciaba un partido estaba soñando.
Petrzela plasmó la inseguridad de la zaga blanca, entrando con facilidad por el centro con paredes y ajustando su disparo lejos del alcance de Keylor.