“Jefe, déjelo que haga lo que quiera. Déjelo que sea feliz. No haga como Jorge Sampaoli, que colocó al argentino Lionel Messi como un falso nueve y nunca tuvo la bola. Que haga lo que quiera”. El director técnico Tite escuchaba con atención a uno de sus asistentes. Miraba a un lado y a otro en el estadio de Samara y después reflexionó: “Si no quiero que me entierren en Brasil, debo dejar en libertad al astro”.
Y fue la decisión correcta. A ratos Neymar tomaba el puesto de Gabriel Jesús, se cambiaba de derecha a izquierda y recibía patadas y empujones de todo tipo de unos mexicanos que no querían volver a sufrir como en Corea del Sur-Japón 2002, Alemania 2006, Suráfrica 2010 o Brasil 2014, donde no lograron superar los octavos de final.
Pero, con todo y la férrea marca, el nacido en Mogi das Cruzes, en el estado de Sao Paulo, salió a divertirse y a crear dentro de su desorden. Y cumplió su cometido con el gol del segundo tiempo que le dio la victoria a Brasil y además dio el pase para que Firmino terminara de maquillar el marcador a favor de la canarinha.
Tite (su nombre de pila es Adenor Leonardo Bacchi) asumió la dirección técnica de Brasil cinco días después de la renuncia de Dunga, quien había entrado en sustitución de Luis Felipe Scolari, que salió por la puerta de atrás luego de la humillante derrota en su territorio 7-1 frente a Alemania en 2014.
El actual estratega recibió a la canarinha en el sexto puesto de las eliminatorias, bien lejos de Rusia, y le dio el toque de samba que necesitaba la selección. Con él en el banquillo Brasil ha jugado 25 partidos, incluidos los cuatro de este Mundial y tiene récord de 20 ganados, 4 empates y 1 derrota, precisamente en un amistoso contra Argentina.
El DT de los mexicanos, Juan Carlos Osorio, por su parte, estaba que lloraba en la rueda de prensa. No lograba encontrar la explicación a la derrota. Los periodistas querían su cabeza. “Tengo que esperar la decisión de la federación”. El que estaba tranquilo era Rafa Márquez: cinco torneos mundiales y con la banda de capitán. Ahora espera que la investigación por sus supuestos vínculos con el narcotráfico sea solo un error del árbitro, luego de chequear el VAR.