El guardameta Pablo Larios, titular con México en el Mundial de 1986, falleció este jueves a los 58 años de edad a causa de unas complicaciones de salud por una parálisis intestinal.
Larios fue ingresado de urgencia este miércoles en un hospital de Puebla, centro de México, luego de que la parálisis le causara un paro respiratorio.
Recordado por sus lances espectaculares, su espectacularidad y seguridad en la portería, Larios jugó los cinco partidos de México en el Mundial con solo un par de goles recibidos, lo cual lo incluyó entre los mejores arqueros de la competición en la que Argentina de Diego Armando Maradona le ganó la final a los alemanes.
«La gente sufría con mis salidas, pero mis compañeros no. Volaba como una mosca, tan frágil y débil pero seguro a la hora de tomar el balón con las manos. Fallaba en algunas ocasiones, las menos», contó hace unos años al escritor Carlos Barrón en un testimonio parte del libro «Tiempo de compensación».
Originario de Zacatepec, en el estado de Morelos, Larios debutó como profesional con el Zacatepec en 1980 y luego pasó por Cruz Azul, Puebla, con el que fue campeón de liga, y Toros Neza. En todos sobresalió por su manera espectacular de defender la puerta y por su personalidad en el arco.
Después de retirado, Larios sufrió las pérdidas de sus padres, una hermana y un hijo y cayó en el consumo de drogas que le causó una infección en la nariz y más de 20 cirugías, lo cual su rostro quedó deformado.
«Con tus atajadas nos enseñaste a todos cómo se debe defender esta franja», dijo este jueves el club Puebla como forma de agradecimiento al arquero, mientras el Cruz Azul lo calificó de referente de la institución y envió condolencias a los familiares.