La Lazio y el AC Milan empataron 0-0 este martes en la ida de las semifinales de la Copa Italia, disputada en el estadio Olímpico de Roma, por lo que se jugarán el billete para la final en la vuelta, programada en abril en el estadio San Siro.
El equilibrio y la táctica reinaron en el choque de ida, entre dos equipos que reeditan este año las semifinales del curso pasado, que curiosamente también terminaron con dos empates sin goles y pase del Milan tras la tanda de penaltis.
Y es que el cuadro milanés encaró la cita de este martes como favorito, luego de encadenar tres victorias consecutivas empujado por los goles del polaco Krzysztof Piatek, pero se cruzó con una Lazio con ganas de revancha, después de un momento de flexión y la eliminación sufrida contra el Sevilla en la Europa League.
El equipo romano gestionó más el balón y fue quien más buscó la portería rival, aunque sin tener acierto goleador contra un Milan más concentrado en defenderse que en ofender.
Ciro Immobile, quien salió de titular en la delantera junto con el argentino Joaquín Correa, tuvo las mejores opciones.
Desperdició la primera a los 30 minutos al rematar fuera desde buena posición una asistencia del ítalo-brasileño Rómulo Souza, mientras que estrelló contra la madera la segunda, llegada a falta de diez minutos para el final. En ese caso, la diana habría sido igualmente anulada por fuera de juego.
Por su parte, el único potencial peligro del Milan llegó al 90, cuando Piatek cabeceó alto tras recibir un espectacular centro de chilena de Fabio Borini. Fue demasiado poco para romper la igualdad y los dos conjuntos dejaron todo en perfecto equilibrio para el partido de vuelta, en San Siro.
La otra semifinal se disputará el miércoles y medirá a dos grandes sorpresas de la Copa Italia de este año, el Fiorentina y el Atalanta.
El conjunto de Florencia, que jugará la ida en casa, eliminó al Roma en los cuartos de final con un contundente 7-1 mientras que el Atalanta destronó al todopoderoso Juventus con una goleada 3-0. Fue un resultado histórico ya que el cuadro turinés llevaba cuatro años coronándose campeón copero.