El futbolista venezoalano José “Buda” Torrealba jugó en sus inicios con Estudiantes de Mérida y ayudó al club a obtener el título de 2001. En el exterior actuó con los equipos Mamelodi Sundowns (Suráfrica), Kaizer Chief (Suráfrica) y el Club Quebracho (Bolivia).
Actual asistente técnico del conjunto merideño, habló sobre los atributos de los “rojiblanco” y considera que esta franquicia tiene una identidad en la que el manejo de balón siempre ha estado palpable, “controla mejor el balón, o por más tiempo durante el partido; maneja muy bien la pelota”.
Ese dominio lo demostró durante la temporada y su estilo de juego fue fundamental al atacar y defender, tanto así que la andina fue la plantilla que menos goles recibió en la campaña.
“El equipo no es un conjunto defensivo que se encierra, más bien recupera pelotas con intensidad y eso es lo que nos hace recobrar muchos balones lejos de nuestro arco”, manifestó. “La esencia del buen trato con el esférico se mantiene, lo que sí ha cambiado son los tiempos, ahora tienen más herramientas. Por ejemplo, cuando yo jugaba con el equipo en 2001 había poca ayuda audiovisual; ahora tienen mucha información a nivel de redes sociales, tecnología, y por supuesto eso ayuda a transmitirle al jugador muchas herramientas al enfrentar un rival. Uno hace uso de esos avances tecnológicos para preparar de alguna manera los partidos y ellos puedan asimilar la información”.
Nervios en la tanda de penales. Torrealba tuvo que dirigir el juego de vuelta, puesto que el director técnico argentino Martín Eugenio Brignani fue suspendido en la semifinal y no podía estar en el campo hasta cumplir cuatro juegos de expulsión. Un momento de confianza; más que de presión, cuando pitó el árbitro al finalizar los 90 minutos y todo se dirigió al punto de penal.
Buda sabía que todo dependería del portero Alejandro Araque, pues confiaba en que los jugadores marcarían los cobros, y fue algo que les comunicó al reunirse con los atletas para motivarlos.
“La tanda de penales es un tema de confianza, es un tema de decisión, determinación que después igual pueden fallar o no, es tener la determinación de escoger un lugar e ir allí con seguridad. El arquero también está ahí para realizar su trabajo”, dice.
La seguridad que tenía en ese momento el ex jugador nacional en Araque era total. Al referirse al guardameta Manifestó: “Le comenté que tuviera presente todo lo que le tocó vivir, Alejandro pasó por momentos difíciles, también muchos a favor, pero era tener todo eso en cuenta para poder sacar un esfuerzo máximo en ese momento”. Y añadió: “Mira lo que hizo, detener tres penales de forma consecutiva y dejar el arco en cero no es algo que hace cualquiera”.
Torrealba afirmó que el fútbol nacional ha evolucionado, que no es el mismo juego de cuando él actuó como profesional, sino más bien más táctico. Aunque en su opinión tener 20 equipos en una liga “es mucho”, y si lo redujeran “ayudaría mucho a mejorar la segunda división». «Además, podría ayudar a los equipos que no tienen esa solvencia en lo económico, que como profesional espera el jugador, y esas carencias se podrían mejorar”:
Luego de 18 años de sequía, Estudiantes de Mérida volvió a coronarse campeón, algo que el director técnico Brignani y el asistente técnico Torrealba ya conocían, pues ambos formaron parte del plantel de 2001. El sentido de pertenencia sigue intacto en cada uno de ellos y es algo que identifica al equipo más allá de las competencias entre los jugadores titulares y los que están en el banquillo.
En palabras de Buda, todos los muchachos son más que amigos, son una familia. “Antes, cuando yo era jugador, cada quien tenía un grupo de amigos, pero ahora uno ve a los jugadores de las mismas posiciones saliendo a comer juntos, pasando momentos de calidad, y eso no era algo normal en el pasado”.
Eso habla de la fraternidad y la química que existe en el conjunto “blanquirojo”.
El futuro de Estudiantes de Mérida está en la Copa Libertadores, cuando comience el torneo más viejo y con más envergadura de Latinoamérica.