Boletos gratuitos para asistir a partidos en Colombia, un uniforme vinotinto en Uruguay y donaciones en Ecuador. El fútbol suramericano abre puertas a la oleada de venezolanos que ha huido de la crisis económica y política de su país.
Bajo el lema «Hinchas sin Fronteras», Independiente Santa Fe -uno de los grandes clubes del fútbol colombiano- repartió este lunes 3.500 entradas a venezolanos para el partido que jugará ante Junior de Barranquilla este fin de semana en el estadio El Campín, en Bogotá.
Santa Fe lanzó la campaña en redes sociales con un video que recordó a futbolistas como Rafael Dudamel -ex portero que actualmente es seleccionador de Venezuela-, Luis Manuel Seijas o Juan Falcón, que pasaron por sus filas en distintas épocas. «Santa Fe ha recibido a muchos jugadores venezolanos (…). Hoy queremos abrirle las puertas a miles de venezolanos más», apunta el clip.
«La idea nació aproximadamente haces seis meses, cuando empezamos a ver que la problemática de Venezuela era cada vez mayor», dijo a la AFP Camilo Plazas, jefe de innovación de MullenLowe SSP3, agencia que desarrolló la campaña.
El objetivo, agregó Plazas, es dar la bienvenida a una población con «fuertes necesidades» ante la debacle económica venezolana, con hiperinflación proyectada en 10.000.000% por el Fondo Monetario Internacional para este año.
A finales de enero, otro club colombiano, La Equidad, tuvo una iniciativa similar en el partido ante Atlético Huila, con ingreso gratuito para venezolanos. Su meta: «Generar un vínculo» con los migrantes «ante la difícil situación de nuestra vecina nación».
Aproximadamente 2.3 millones de venezolanos migraron desde el año 2015, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, y alrededor de un millón eligieron Colombia como destino.
«Vestidos de gala»
Hace un año, el uruguayo Montevideo Wanderers estrenó en la Copa Libertadores un uniforme vinotinto, color que identifica a la selección venezolana. «Wanderers se viste de gala para la Copa Libertadores. Queremos homenajear a nuestros nuevos hinchas», anunciaba el club al divulgar el diseño alternativo a su tradicional camiseta de rayas negras y blancas.
Modesta, pero con el lujo de haber contado con figuras como Enzo Francescoli, la institución hacía un guiño «a la comunidad venezolana que está creciendo en Uruguay».
En Ecuador, en agosto pasado, el Deportivo Quito respaldó una colecta de alimentos y ropa durante un juego de fútbol americano. «¡Somos un equipo solidario!», anunció, llamando a colaborar con «nuestros hermanos venezolanos».
«Un nicho»
Una marea de aficionados venezolanos ha llenado estadios en eventos como el último Campeonato Suramericano Sub-20, realizado del 20 de enero al 13 de febrero en Chile y conquistado por Ecuador. Y en torneos de clubes sucede lo mismo.
«Gracias a Chile por cobijar a muchos venezolanos», decía en febrero del año pasado Noel Sanvicente, técnico del Caracas FC, luego de una visita al Everton por la Copa Suramericana, con numerosa presencia de aficionados de los ‘Rojos del Ávila’ en Viña del Mar.
Así, «en países y ciudades en los que la cantidad de venezolanos represente una cifra significativa» podrían irse replicando actividades para esa comunidad, dijo a AFP Mito Dona, director de la agencia Mercadeo Deportivo, con sede en Caracas y San José de Costa Rica. Son potenciales fanáticos y, por ende, «potenciales clientes que no han tenido contacto con tus competidores» (otros clubes), un «nicho» atractivo, agregó.
En Estados Unidos, en el béisbol de Grandes Ligas, organizaciones como los Marlins de Florida organizaron en los últimos años ‘la Noche de la Herencia Venezolana’, con recaudaciones de comida, ropa y otros bienes esenciales.
«El poder del fútbol»
«El fútbol nos une», decía una pancarta bajo una gigantesca bandera de Venezuela, en septiembre, en el estadio Rommel Fernández de Ciudad de Panamá. Venezuela y Panamá jugaban un amistoso, ganado por los visitantes 2-0.
El deporte puede ser una vía importante para la integración de comunidades. El Atlético de Madrid, por ejemplo, realizó campañas a favor de los migrantes ecuatorianos en España para «generar vínculos», recuerda Dona.
Y en momentos en los que brotes de xenofobia afectan a venezolanos, instituciones como Santa Fe ayudan a crear conciencia. «El fútbol puede unir a las personas» y ser «un vehículo para construir paz» y «sociedad», comentó Plazas, rememorando a Seijas como «un ídolo indiscutible» que ayudó a conseguir «el título más importante» del club colombiano: la Copa Suramericana 2015.
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