Salvado su primer triunfo gracias a un golazo de Toni Kroos en el minuto 95 del partido ante Suecia, la selección de Alemania, actual campeona del mundo, se juega su futuro en Rusia 2018 frente a un equipo a priori sencillo, una Corea del Sur que espera un milagro para poder llegar a octavos.
Con la moral por las nubes y la confianza recuperada, la ‘Mannschaft’ tiene como único pensamiento el triunfo, sabedora de que todo lo que sea sumar de a tres mañana en Kazán podría, si se dan otros resultados, dejarle fuera del Mundial a las primeras de cambio, algo que no sucede desde 1938.
Por su parte, la selección surcoreana, que afronta su tercer enfrentamiento mundialista con Alemania, tras los de 1994 y 2002 -todavía no conoce la victoria frente a los germanos-, llega a Kazán después de inclinarse en los dos primeros partidos del grupo, ante Suecia (0-1) y México (1-2), y sabedor de que necesita un milagro para poder avanzar a octavos de final. Los pupilos de Shin Tae-yong podrían plantarse en la siguiente ronda si se dan una serie de carambolas en la última jornada: una victoria sobre Alemania por dos o más goles de diferencia y que México pueda con Suecia.