En su segunda participación en una Copa del Mundo sub 20, Venezuela ha dejado la boca abierta a medio mundo. Ahora, se encuentra a solo 90 minutos de hacer historia en el fútbol si logra resultar victorioso ante Inglaterra este domingo.
Los seis partidos que disputó el combinado criollo para llegar a la final tuvo enfrente a conjuntos que, en los papeles, eran superiores. Sin embargo, en este deporte nada está escrito en un torneo de tal magnitud; eso ocurrió para la Vinotinto, que salió victoriosa en cinco de los seis partidos (cotra Uruguay se definió en los penales).
Perfección en todos los sentidos en la fase de grupos
En su debut en el grupo B, los dirigidos por Dudamel dieron la primera sorpresa del torneo tras vencer de manera contundente a Alemania con marcador de 2-0. Ronaldo Peña y Sergio Córdova fueron los autores de los tantos.
El segundo partido fue con la modesta Vanuatu, una conjunto africano que debutaba en el la justa mundialista y que lucía como la más accesible del grupo. De manera apabullante, Venezuela le endosó siete goles para asegurar el pase a octavos de final.
En el tercer y ultimo cotejo de la primera fase, el combinado venezolano jugó ante México, quién era el favorito entre los cuatro equipos. Los aztecas, que llegaron a ser una subcampeón del Mundial 1997, cayeron por la mínima contra la sólida y efectiva Vinotinto, que logró el pase como primero de grupo.
Tres tiempos suplementarios para acceder a la final
Al clasificar de primero de su grupo, el camino no se hizo nada sencillo para el cuadro venezolano, que tuvo sudar más tiempo de lo debido para superar a Japón en tiempo extra. La figura del encuentro fue el capitán Yangel Herrera al marcar un certero gol de cabeza en el minuto 108.
En los cuartos de final fue idéntico. En esta ocasión, fuye contra Estados Unidos. El encuentro lo dominó Venezuela, pero la majestuosa actuación del meta Klinnsmann mantuvo el arco en cero en los 90 minutos. Ya en el tiempo suplementario, la Vinotinto materializó las acciones con tantos convertidos por Peñaranda y Ferraresi.
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