Bernardo Silva, Gonçalo Guedes, Joao Félix… Todos salieron de la cantera del Benfica, convertido en unos años en la principal fábrica de talento del fútbol portugués a costa del Sporting de Cristiano Ronaldo.
El club lisboeta, que recibe al Olympique de Lyon el miércoles en la 3ª jornada de la Liga de Campeones, empieza apenas a recoger los frutos de las instalaciones abiertas en 2006 en Seixal, localidad obrera de la margen sur del Tajo.
“Nuestra plusvalía son los jóvenes, es algo fundamental”, declaró el entrenador del Benfica, Bruno Lage, en una entrevista con AFP. El técnico, de 43 años de edad, ha entrenado en todos los niveles de la cantera del club y, según él, el “momento clave” de su éxito ha sido la generación representada por Bernardo Silva y Joao Cancelo, que juegan ahora en el Manchester City de Pep Guardiola.
“La generación de 1994 ha ganado en todos los niveles y, analizando su éxito, hemos podido reproducirlo”, explica Bruno Lage, que volvió al club en 2018 para entrenar al equipo B, tras seis años en el extranjero.
Durante su ausencia, la apuesta por la formación hecha por el presidente Luis Filipe Vieira fue confirmada por la llegada del técnico Rui Vitoria, quien no ha dudado en recurrir a sus jóvenes para armar su plantilla.
Base de la Seleçao
Al contrario, con su predecesor Jorge Jesus, el Benfica buscaba diamantes en bruto en Suramérica para adaptarlos al fútbol europeo y venderlos con ganancias importantes (David Luiz, Angel Di María), intentando así replicar el éxito del Porto, su gran rival del norte del país.
“A mi vuelta, me encontré un proyecto de formación sólido, en el que el entrenador del equipo profesional recurría regularmente a los jugadores de la cantera”, afirma Bruno Lage, que apostó la pasada temporada por el delantero de 19 años Joao Félix, traspasado al Atlético de Madrid por 126 millones de euros, borrando todos los récords del fútbol luso.
Esta temporada, su plantilla incluye ocho futbolistas salidos de la cantera de Seixal, entre ellos los internacionales portugueses Ruben Dias y Gedson Fernandes o los jóvenes Florentino Luis, Ferro y Jota.
Y si la selección portuguesa que ganó la Eurocopa de 2016 estaba mayoritariamente compuesta por jugadores salidos de la cantera del Sporting, ahora los futbolistas formados por el Benfica son la base de los diferentes niveles de la Seleçao.
Tras una inversión inicial de 15 millones de euros y un presupuesto anual de 5 millones de euros, el club gastó en 2017 11 millones de euros suplementarios para agrandar y modernizar sus instalaciones.
500 millones de euros en ventas
Un terreno de 42 hectáreas comprado este año permitirá triplicar la superficie de las instalaciones que incluirán nuevos campos y su propia escuela. Financieramente, la operación parece interesante ya que la venta de jugadores ‘made in Seixal’ ya ha generado cerca de 500 millones y el Benfica registra beneficios por quinto año consecutivo.
Entre los 88 jóvenes de 11 a 18 años que viven en el lugar, el centrocampista Pedro Pato juega en el equipo sub-15. En Seixal, le piden hacer cosas “mucho más difíciles” que en el Vila Franca de Xira, localidad al norte de Lisboa, que dejó hace tres años, afirma el adolescente de 14 años.
“La exigencia es muy grande a todos los niveles para que nada impida a estos jóvenes llegar al primer equipo”, afirma Rodrigo Magalhaes, coordinador técnico del centro de formación.
El club debe ahora “pasar a otro nivel”, subraya, no obstante, Lage. “Debemos ser capaces de conservar nuestros talentos para ser más competitivos”, añadió el entrenador, que busca su primera victoria en Liga de Campeones tras dos derrotas frente al Leipzig (1-2) y al Zenit de San Petersburgo (3-1).