El Barcelona vapuleó en el Clásico al Real Madrid, al que goleó por 5-1, lo que puede significar la sentencia de Julen Lopetegui como técnico de un cuadro blanco que, pese a momentos puntuales en los que estuvo cerca del empate, volvió a ser un conjunto endeble y vulnerable.
Lejos de que el Clásico pudiera servir para resurgir después de cuatro partidos seguidos sin ganar en LaLiga Santander, supuso el agravamiento de la crisis blanca, a la par de la confirmación de un cuadro azulgrana que está sabiendo sacar la cabeza sin Leonel Messi, que festejó la victoria de sus compañeros desde la grada.
La imagen del Real Madrid volvió a ser, en el cómputo general del partido, más que preocupante. Tan solo dio síntomas positivos en el inicio del segundo período, cuando acortó distancias con un gol del brasileño Marcelo e incluso tuvo opciones de igualar, pero en la mejor el remate del croata Luka Modric se estrelló en el palo.
El resto del Clásico fue del Barcelona, que aprovechó las facilidades madridistas en una penosa primera parte para encarrilar el choque con tantos del brasileño Philippe Coutinho y de Luis Suárez, de penalti decretado tras consultar el árbitro asistente de video (VAR).
El tercer tanto, también de Luis Suárez, acabó con las ilusiones de remontada del Real Madrid. Con el viento absolutamente a favor, el Barcelona fue un huracán. El uruguayo completó su triplete luego de un error de Sergio Ramos y el chileno Arturo Vidal se estrenó en el Clásico con una diana.
Lopetegui reconoció que la derrota era «un palo duro, gordo» y aseguró después que tenía fuerzas para seguir al frente del un equipo que considera que «tiene vida el resto de la temporada». Después de este partido su conjunto es noveno, a siete puntos del Barcelona y con muy malas sensaciones y jugadores más que lejos de un estado de forma idóneo.
Por otra parte, Ernesto Valverde y sus hombres salen muy reforzados. Supieron reponerse a la ausencia de Messi, como ya demostraron contra el Inter. Bien en Europa y líderes en LaLiga, con un punto de ventaja sobre el sorprendente Alavés y dos sobre el Sevilla y el Atlético de Madrid.
La última vez que el Barcelona metió cinco goles al Real Madrid fue el 29 de noviembre de 2010, un 5-0 que logró el cuadro que dirigía Pep Guardiola sobre el que adiestraba José Mourino, con doblete de David Villa y tantos de Xavi Hernández, Pedro Rodríguez y Jeffren Suárez.
El Alavés sigue empeñado en convertirse en la revelación del curso. Ganó con remontada al Villarreal (2-1), con un tanto de Borja Bastón en la prolongación, y se sitúa segundo, entre Barcelona y Atlético de Madrid.