La justicia argentina liberó este jueves a Matías Sebastián Nicolás Firpo, hincha de River Plate acusado de atacar al autobús de Boca Juniors el día en que se iba a jugar la vuelta de la final de la Copa Libertadores, después de condenarle a dos años y cuatro meses de prisión que no tendrá que cumplir.
Según informaron fuentes judiciales, el fallo se emitió luego de un «juicio abreviado» en el que se acordó que el culpable deberá también respetar «ciertas normas de conducta» por su actuar el 24 de noviembre contra el equipo xeneize, cuando entraba en el estadio Monumental de Núñez.
Los altercados provocaron que varios jugadores de Boca sufrieran algunas lesiones y el partido tuviera que posponerse.
Cuando localizaron a Firpo, quien había cambiado de apariencia física para pasar desapercibido, estaba imputado por la fiscal Adriana Bellavigna por los delitos de daño agravado, al impedir la realización de un espectáculo deportivo de carácter masivo con concurrencia pública y promover la formación de grupos destinados a cometer delitos.
La justicia decidió que el condenado no podrá concurrir a las inmediaciones del estadio River Plate por el tiempo de la condena ni podrá acudir a eventos futbolísticos masivos en los dos años que dura la pena. Asimismo, deberá realizar 180 horas de tareas comunitarias y hacer un curso de «convivencia urbana», entre otras medidas.
La sentencia contra Firpo, detenido el pasado martes, ya fue homologada por la jueza María Julia Correa, titular del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas Nº 28.
Luego de los altercados, la Conmebol decidió entonces que la final se disputara fuera de territorio argentino y eligió el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, España, como sede para que la final se dispute el domingo 9 de diciembre, al no cumplirse las condiciones de seguridad para jugarse en Argentina.
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