Inglaterra, una de las grandes favoritas antes del torneo, y España, la selección que mejor ha jugado a lo largo del mismo, se enfrentan este domingo en Berlín como gran espectáculo final a la Eurocopa-2024.
Con más de la mitad del estadio ocupada por aficionados ingleses, los españoles volverán a encontrarse un ambiente hostil, luego de unos cuartos de final contra la anfitriona Alemania y silbidos por parte del público local durante el partido de semifinales contra Francia.
Para la armada de aficionados ingleses, llegados en gran número a Alemania durante toda la Eurocopa, la final es la gran oportunidad con la que pasar página del mal trago de Wembley en la última edición, perdiendo el título en los penales contra Italia.
La ‘Nationale’, que cayó en esta edición en octavos de final, eliminó en semifinales de 2021 a España, evitando que la ‘Roja’ y los ‘Three Lions’ se vieran las caras ya entonces.
Pero tres años son mucho tiempo en el fútbol, y los jóvenes Jude Bellingham y Pedri, protagonistas en aquella edición por su talento y juventud, han dado paso a una nueva y brillante generación, con Kobbie Mainoo en el centro del campo inglés y Lamine Yamal en el ataque español.
La Roja a por la cuarta Eurocopa
Yamal, que cumplió este sábado 17 años, desea soplar las velas levantando un título y cerrar así un torneo en el que ha batido récords y ocupado titulares de todo el mundo, en especial tras su golazo en semifinales contra Francia.
Su amigo Nico Williams, que también festejó el viernes su 22 cumpleaños, Dani Olmo o Rodri son algunos de los otros nombres propios de España en el torneo, sin olvidar la sólida defensa ni el buen rendimiento de Unai Simón bajo palos.
El equipo entrenado por Luis de la Fuente está a «90 minutos de la gloria», como resumió Olmo el viernes en rueda de prensa. España, con tres títulos de Eurocopa (1964, 2008, 2012) empata por el momento con Alemania, como el país con más campeonatos continentales.
Una victoria el domingo serviría para desempatar con la ‘Mannschaft’ y a la vez supondría el bautizo dorado para una generación a la que le quedan muchos años por delante.
Para Inglaterra hay todavía más en juego: el país en el que nació el fútbol tan solo ha ganado el Mundial-1966, en el que fue anfitriona, y esa larga espera de 58 años es un peso añadido a los hombros de Gareth Southgate y los suyos.
Duelo de colegas
Silbado en los estadios y criticado en los medios, el seleccionador ha llevado una vez más a Inglaterra a las rondas finales de un gran torneo.
Cierto es que las cifras ofensivas no están sobre el papel a la altura del rendimiento en clubes de jugadores como Harry Kane, Phil Foden, Bukayo Saka o Jude Bellingham, pero los ‘Three Lions’ han ido creciéndose en Alemania y llegan a la final en su mejor momento del torneo.
Pero para llegar hasta Berlín, han tenido que apretar los dientes, como la chilena de Bellingham en el tiempo añadido de octavos contra Eslovaquia para evitar la eliminación o el tanto de Ollie Watkins, también en el añadido, para enviar a Inglaterra a Berlín.
En el Olympiastadion, se reencontrarán varios colegas, como los madridistas Bellingham, Dani Carvajal y Nacho, los ‘Citizens’ Rodri, Phil Foden, John Stones y Kyle Walker, los ‘Blues’ Marc Cucurella y Cole Palmer o los ‘Gunners’ David Raya y Bukayo Saka.
«Id ahí y mostrad de lo que sois capaces», pidió el sábado el Príncipe Guillermo, presidente de la Federación Inglesa (FA) que asistirá el domingo al partido.
«Estamos orgullosos de vosotros, solo un empujón más para acabar el trabajo», añadió en su post de la red social X.
En el palco de autoridades coincidirá con el rey Felipe VI de España, que ya anunció hace unos días su presencia en la final.
Con los capitanes Kane y Álvaro Morata necesitados de goles con los que reivindicarse, la final promete un espectáculo digno de lo que hay en juego.