El astro Lionel Messi admitió que la sorpresiva derrota de la selección argentina ante Arabia Saudita (2-1) en su debut en el Mundial de Qatar fue «un golpe muy duro». El futbolista llamó a «estar más unidos que nunca».
«Es un golpe muy duro para todos, no esperábamos empezar de esta manera. Por algo pasan las cosas. Hay que preparar lo que viene, tenemos que ganar o ganar y depende de nosotros», dijo este martes en declaraciones reproducidas por la selección de Argentina en su cuenta Twitter.
Messi fue el autor del único gol argentino, a los 10 minutos, de penal. Mientras que los sauditas, que lograron la primera gran sorpresa del torneo, dieron la vuelta al marcador por medio de Saleh Al Sheri (48) y Salem Al Dawsari (53), en el partido inaugural del grupo C.
El pulso de Buenos Aires se detuvo este martes para seguir el debut de Argentina, pero la ilusión se tornó en baldazo de agua helada para los aficionados y para Messi por la derrota.
«Se confiaron, nadie esperaba esto, se suponía que ganábamos fácil los tres primeros partidos y ahora se complicó», dice a la AFP Carlos Cuera, todavía sentado frente a un televisor en un café.
«Fue un batacazo, un balde de agua helada y ahora el sábado con México es otra presión», evaluó sobre el próximo rival de Argentina por el Grupo C que completa Polonia.
La ciudad retomó rápidamente el ritmo habitual después de dos horas de estar congelada frente a las pantallas de los televisores para ver el partido que se jugó temprano.
La capital argentina se vistió de blanco y celeste, con banderas en kioscos y ventana y la alcaldía colocó una pelota gigante alusiva frente al Obelisco para apoyar a la selección.