fútbol femenino
Foto Archivo

Para que Suramérica sea potencia del fútbol femenino las selecciones deben enfocarse en «disminuir» la brecha con Brasil, considera la entrenadora Emily Lima, primera mujer en dirigir la Canarinha.

A sus 42 años de edad, la brasileña es una autoridad del fútbol femenino en la región.

En 2016 se convirtió en la primera mujer en entrenar una selección de mayores en Brasil. Tras 11 meses en el cargo se ganó la admiración de leyendas como Marta y Formiga. Ambas se opusieron a su salida para darle paso a la actual adiestradora, Pia Sundhage.

A finales 2019 aterrizó en Ecuador y se midió en la Copa América que se celebra hasta el 30 de junio en Colombia.

Una derrota en la última fecha del Grupo A ante Paraguay privó a la «Tri» de pasar de ronda. Lima anunció sorpresivamente su salida del banco de las ecuatorianas.

Durante su paso por Colombia, la DT señaló a la AFP que las selecciones suramericanas deben seguir los pasos de Brasil. El equipo es una superpotencia que disputará las semifinales el martes ante Paraguay y es favorita a ganar la Copa.

«Mi sugerencia y mi cabeza está en pensar en llegar cerca de Brasil o disminuir este espacio que tenemos con Brasil. Después de ahí empezar a pensar en un paso adelante» a nivel mundial, dijo Lima en entrevista telefónica.

Brasil ganó siete de los ocho torneos continentales que se celebran desde 1991. Solo Argentina rompió su hegemonía en 2006. Desde entonces no hay selección que no sucumba ante el jogo bonito de las brasileñas.

Pero «las cosas ahí tampoco fueron de un día para el otro«, señala la entrenadora, enfatizando en que el balompié femenino tuvo que abrirse espacio en un mundo dominado por hombres.

Incluso la ley le jugaba en contra. Entre 1941 y 1983 el fútbol estuvo prohibido para las mujeres en Brasil.

 De abajo hacia arriba

El nivel del fútbol femenino en la Conmebol es un arma de doble filo para Brasil.

Por un lado, suma títulos sin resistencia, pero está en un segundo escalón a la hora de enfrentar a las potencias de Europa, Asia o Estados Unidos.

«No podemos comparar nuestro continente con el continente europeo, para nada. Si se da cuenta Brasil cuando llega a jugar Mundial u Olimpiada ya es una selección normal porque el nivel allí es muy alto», dice Lima.

La entrenadora, con pasado como futbolista en España e Italia, lidera una cruzada para que el fútbol femenino sea pensado «de abajo hacia arriba» en Suramérica.

La profesionalización de las ligas ha sido el principal reclamo de las futbolistas en la última década. Pero para Lima hay que adelantar un trabajo desde las bases para formar a las futbolistas desde niñas fortaleciendo las divisiones sub-15 o sub-17.

«Tenemos que pensar cómo hacemos (para replicar) el fútbol de varones. (…) (Que) empieza desde los niños, desarrollar a los niños hasta su edad adulta para llegar mejor preparados para las competencias», plantea.

«Nosotros no podemos pensar diferente con el fútbol femenino». «¿Por qué el fútbol femenino tiene que empezar de encima para abajo? Tardará mucho más (…) esta lógica tiene que ser desde la edad temprana hasta el profesionalismo», lanza Lima.


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