Eliézer Alfonzo, el bateador con más jonrones en la historia de la LVBP, cuelga finalmente los spikes, este viernes, y lo hace en un acto lleno de simbolismo, vistiendo el uniforme que defendió durante 15 temporadas, el primero que utilizó en el beisbol profesional.
Alfonzo anunció el mes pasado su deseo de reaparecer transitoriamente en la pelota local, para así escribir el capítulo final de su trayectoria. Lo inesperado es que hasta entonces era reserva de los Bravos de Margarita, no de los Caribes de Anzoátegui.
El toletero nacido en Puerto La Cruz hace 40 años se preparaba para ese momento del adiós, que no tenía fecha precisa. Únicamente quería lograrlo ante su familia, incluyendo a su hijo Eliézer Vicente, prospecto que hace sus pinitos con los Tigres de Detroit y que ha puesto un average de .313 en sus tres campañas en las Ligas Menores.
El periodista Daniel Parra reveló entonces la posibilidad de que los insulares le permitieran darse el gusto de despedirse. Las lesiones le limitaron a 19 apariciones en el home en la zafra pasada y le impidieron jugar en el receso que siguió antes de esta. El propio Parra desveló ahora la novedad: el canto del cisne no será con los neoespartanos, sino con los aborígenes.
Un giro inesperado
Los Bravos dieron libertad a Alfonzo, que consiguió de los Caribes el chance que es también reconciliación: cuando se marchó de la divisa, después del torneo 2011-2012, era el pelotero con más encuentros disputados con los indígenas, pero aquella ruptura se dio en medio de un disgusto con la Oficina.
Después de dos campeonatos con Magallanes y cuatro con Margarita, de nuevo será parte del bando tribal para su incursión final, confirmó el equipo a los medios de comunicación.
Alfonzo suma 138 cuadrangulares y 504 empujadas. Nadie tiene más vuelacercas que él en la LVBP.
Su currículo también muestra seis justas en las Grandes Ligas, con San Francisco, San Diego, Seattle y Colorado entre 2006 y 2011.