En Wuhan, China, fue donde se originó el coronavirus a finales de diciembre. La oncena de esa ciudad se encontraba concentrada a 1.000 kilómetros en su primera etapa de preparación para luego partir a Sotogrande con el fin de continuar la pretemporada, que incluía un paso por Marbella, según el portal Marca.
Tras superar todo tipo de pruebas y las pertinentes dos semanas de cuarentena, el club inició su trabajo en España con algunos problemas.
Retorno a la ciudad
Mes y medio después, el equipo que dirige José González está de regreso en Wuhan, donde poco a poco la normalidad empieza a ser protagonista del día a día. Sin embargo, el club local, empleados y cuerpo técnico, todavía les queda un largo camino para recuperarla.
Al llegar a la ciudad que da nombre al equipo, todos sus integrantes fueron aislados en una habitación de hotel sin contacto con el mundo exterior.
La plantilla fue recibida en el aeropuerto como todo el que llega del exterior, con empleados-técnicos-especialistas enfundados en trajes de seguridad, mascarilla y gafas.
Y es que todo aquel que puede estar en zona de peligro en China lleva gafas de protección.
Wuhan en aislamiento absoluto
Del aeropuerto al hotel. No hubo tiempo para nada más. No han podido ver a la familias, ni nada parecido. Aislamiento absoluto durante 15 días. No salen ni para comer. La comida la colocan en la puerta.
Los jugadores tienen que recogerla de allí y dejar los utensilios en el mismo sitio. A su alcance, teléfono, tele china y conexión Internet, no de las mejores por cierto.
El aislamiento significa que el club no recuperará la normalidad hasta los primeros días de abril. Otros equipos comienzan a ver de cerca la posibilidad de iniciar el campeonato ante la cuarentena del Wuhan.
Las autoridades chinas no quieren que se cometa el más mínimo error y desean tener todo bajo control para impedir que algo pueda fallar y que el contagio vuelva a repuntar. Tres meses después, las medidas de prevención y el hermetismo se mantienen.