En noviembre de 2018 un grupo de hinchas de River Plate lanzó piedras y botellas contra el autobús de los jugadores de Boca Juniors, rompió los vidrios, hirió a los futbolistas. Por ello el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores se mudó a Madrid.
Esta noche, un autobús blindado y unos 1.700 efectivos policiales serán parte de un impresionante operativo de seguridad. Se buscará evitar agresiones para que el encuentro de ida de la semifinal de la Copa Libertadores entre el Xeneize y el Millonario se juegue en paz.
Tras ese partido frustrado de noviembre, Boca Juniors colocó vidrios antivandálicos en el autobús que traslada a los futbolistas.
“Llevaron un auto al predio de Boca en Ezeiza con los mismos vidrios blindados que se le pusieron al micro y hasta los mismos jugadores le pegaron con una maza y no se rompen. Se rompe se astilla el vidrio de la parte de afuera, pero por dentro no pasa nada», dijo al diario Olé Darío Rubén Ebertz, chófer del autobús que traslada a los jugadores.
Este lunes, la Confederación Sudamericana del Fútbol (Conmebol) lanzó una “campaña para erradicar la violencia en el fútbol sudamericano” llamada “El fútbol es un juego, la violencia no”.
“La campaña se activa coincidiendo con el inicio de las semifinales de la Conmebol Libertadores con el objetivo de que la violencia no empañe el brillo de esta fase final”, informó el organismo. La campaña está compuesta por imágenes que realizan “analogías llamativas entre jugadas de un partido y situaciones de violencia que impiden disfrutar del espectáculo”.
La Policía de Argentina no puede dejar la seguridad en manos de campañas y por eso prevé repetir el exitoso (e impresionante) operativo que se realizó el 1 de septiembre de este año. Ese día, hace exactamente un mes, River Plate recibió a Boca Juniors (0-0) en el Monumental en la quinta jornada de la Superliga Argentina.
Este martes, como es habitual en Argentina, los simpatizantes deberán presentar el Documento Nacional de Identidad (DNI) a los efectivos de Tribuna Segura, quienes corroborarán que no haya derecho de admisión o pedido de captura.
Los jugadores de Boca Juniors partirán rumbo al estadio desde un hotel ubicado en la localidad de Ezeiza, provincia de Buenos Aires. Son casi 40 kilómetros, gran parte por autopista, y el autobús será escoltado por policías.
La esquina donde en noviembre de 2018 ocurrieron los incidentes estará nuevamente fuertemente custodiada.Minutos antes de la llegada del autobús, los hinchas deberán alejarse unos 200 metros de esa zona. Sin embargo, los efectivos policiales también deberán estar atentos a posibles enfrentamientos entre dos facciones de la barra de River Plate.
Juan Manuel Lugones, secretario ejecutivo de la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide), dijo hace unos días que habían detenido a diez “barrabravas (ultras violentos) con 13 armas de guerra, municiones, drogas y una pistola perteneciente a la Policía Federal.
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Lugones alertó que dos facciones de la barra brava iban a “enfrentarse” por “cuestiones de negocios” relacionadas con el superclásico.
El River-Boca de esta noche se jugará ante unos 70.000 hinchas del Millonario (solo se permite el público local) y comenzará a las 21.30 local (0.30 GMT del miércoles).
Unas 1.700 personas, entre policías, seguridad privada y efectivos del programa Tribuna Segura, estarán a cargo de evitar los posibles incidentes.
La vuelta será el martes 22 de octubre en la Bombonera y el ganador se enfrentará en la final, en el estadio Nacional de Santiago de Chile, al Gremio o al Flamengo.