Un renovado estadio Metropolitano de Barranquilla está listo para recibir este 9 de octubre a las selecciones de Colombia y Venezuela en el comienzo de las eliminatorias suramericanas para el Mundial de Qatar 2022.
La nueva grama no podrá ser apreciada por los aficionados pues el partido, como los otros cuatro que componen la jornada, se jugará a puerta cerrada para prevenir el contagio de covid-19.
El de colombianos y venezolanos siempre ha supuesto un «partido aparte» y esta vez no será diferente. Ahora tendrá otro ingrediente: habrá duelo de entrenadores portugueses en los banquillos, Carlos Queiroz en el del equipo cafetero, y José Peseiro en el de la Vinotinto.
El estadio Roberto Meléndez, inaugurado en mayo de 1986, se tornó poco después en la casa de la selección colombiana y jugando allí se sellaron las clasificaciones a los mundiales de Italia 1990, Estados Unidos 1994, Francia 1998, Brasil 2014 y Rusia 2018.
El estadio recibió en este tiempo remodelaciones y adecuaciones internas y externas por 20.000 millones de pesos (unos 5,1 millones de dólares), dijo a Efe el secretario de Recreación y Deportes de Barranquilla, Gabriel Berdugo.
El cambio de césped se hizo en 70 días, precisó Berdugo, quien recordó que el tapete verde se estrenó en el primer partido de Copa Libertadores que el Junior ganó 4-1 al Independiente del Valle.
Berdugo, hijo del legendario defensor colombiano Gabriel Berdugo, explicó que otro de los cambios mejoró el túnel de salida de los equipos que ahora quedó alineado con el centro del campo de juego de acuerdo con especificaciones de la FIFA.
La selección colombiana tendrá a disposición un camerino diseñado confome las especificaciones de Queiroz, en las que priman aspectos como amplitud y comodidad para los jugadores.
«Vamos a tener un camerino a la altura de los grandes estadios del mundo en donde hay zona de calentamiento, zonas húmedas para recuperación, una tina de agua fría y otra caliente, vestuarios, oficinas para el cuerpo técnico y otra oficina para el equipo de trabajo», detalló.
La Alcaldía de Barranquilla puso énfasis en estos y otros aspectos porque en las visitas de la Confederación Suramericana de Fútbol el estadio de Barranquilla y en general los de Colombia recibieron notas bajas porque no se han puesto a tono con escenarios de primer nivel.
Berdugo indicó que cumplidos esos cambios se seguirá trabajando en el estadio para tenerlo al ciento por ciento al final de 2020 con miras a la Copa América del próximo año, que por primera vez organizarán dos países: Colombia y Argentina.
Por eso en una segunda fase las obras en el Metropolitano seguirán y en ellas se construirán las estructuras para dos ascensores, se dotará el escenario con luces de tecnología LED y sonido de última generación.
También se construirá un museo en el que se exhibirá lo alusivo al recorrido histórico de la selección, sus principales figuras y los momentos clave relacionados con partidos de las eliminatorias a los mundiales.
Igualmente, se construirán o adecuarán cuatro camerinos, oficinas para los funcionarios y personalidades, la zona de control al dopaje, camerinos para los árbitros, sala de prensa para 450 comunicadores, cafeterías y baterías de baños.
Además, la Alcaldía de Barranquilla también desarrolla labores para mejorar las calles que desde diferentes puntos de la ciudad llevan al estadio, y elaboran planes para ponerlos en marcha antes, durante y después de los partidos para evitar atascos.
«Tuvimos tiempos muy difíciles por el covid-19. Éramos la ciudad con más infectados en el país, pudimos salir de ese estado, de esa crisis. Hoy somos ejemplo en el ámbito nacional y mundial de como pudimos llevar esa pandemia y por eso estamos tranquilos, pero no relajados para seguir abriendo escenarios y eventos», manifestó.