Las expectativas eran tan altas alrededor del primer partido en el que coincidían las tres estrellas del París SG (Messi, Neymar y Mbappé) que la decepción por el pobre papel ofrecido en Brujas (1-1) estaba a la altura y demuestra que el camino prometido hacia la gloria europea será largo y tortuoso.
Más de un mes después de que Messi abandonase Barcelona con rumbo a París llegó el momento que todos los aficionados al fútbol esperaban: ver en acción y en el mismo equipo a los Tres Mosqueteros del PSG.
Pero Messi, Neymar y Mbappé parecieron mostrar en Brujas que aún no han asimilado aquella divisa de los Mosqueteros de «Uno para todos y todos para uno».
En los 51 minutos que coincidieron en la cancha (Mbappé tuvo que retirarse con problemas en un tobillo), los tres astros estuvieron lejos de deleitar con sus acciones a los aficionados. «Fantasmagórico», titula este jueves L’Equipe, dejando claro que el tridente fue una sombra de lo que se espera.
Messi apenas dio dos pases a Mbappé y recibió uno del francés, llegando a combinar más con dos defensas como Achraf Hakimi y Marquinhos que con su compañero de delantera, según los datos oficiales de la UEFA.
Primer partido como titular
Para el argentino fue no solo su primer partido como titular con el PSG, sino que también era la primera vez que se reencontraba con Neymar, al que sustituyó contra el Reims en sus únicos minutos jugados desde que llegó al equipo de la capital gala.
Los dos astros del fútbol sudamericano ofrecieron algún destello de la conexión que había maravillado en Barcelona hace unos años, como una doble pared que Messi acabó con un remate alto (minuto 70), pero tampoco llegaron a imponerse a la férrea defensa belga.
Entre ambos combinaron en 30 acciones, pero sin pólvora. Neymar ni siquiera chutó a portería; Messi sí lo probó, con hasta cuatro disparos, pero sin fortuna, estrellando incluso uno en el larguero al comienzo de la segunda parte.
«Necesitamos tiempo para trabajar, para que lleguen a entenderse, para que hagan cosas buenas entre los tres», declaró tras el partido el técnico del PSG Mauricio Pochettino.
Como ya hiciese en la víspera, cuando admitió que el PSG «aún no es un equipo», el entrenador rosarino reclamó «tiempo necesario para jugar mejor» en un mensaje que parecía dirigido, más que a los aficionados al club parisino, a sus propios dirigentes, que anhelan desde hace años el título de la ‘Champions’.
«Demasiado asilado»
«Messi estuvo un poco demasiado aislado a veces para mi gusto. Mbappé no recibió suficientes balones y Neymar, para el talento que tiene, no participó lo suficiente», analizó Rudi Garcia, exentrenador de Marsella y Roma entre otros, en la televisión francesa.
Pero el técnico no solo apuntó al tridente: «Hubo demasiadas carencias técnicas detrás de ellos que hicieron que no tuvieran el balón lo suficiente para poder brillar».
Y es que más allá del flojo partido de los delanteros, el París SG ofreció una pobre imagen en general y ninguno de sus rutilantes fichajes de la última ventana destacó: el holandés Giorginio Wijnaldum naufragó en el centro del campo y fue sustituido al descanso; el lateral marroquí Achraf Hakimi apenas se incorporó al ataque, su principal virtud; el arquero italiano Gianluigi Donnarumma, mejor jugador de la última Eurocopa, se quedó en el banquillo y el central español Sergio Ramos ni siquiera ha debutado aún, lesionado.
Una de las pocas buenas noticias de la noche de Brujas para el PSG fue que el portero costarricense Keylor Navas volvió a demostrar que es uno de los mejores del mundo en su puesto, realizando cinco buenas atajadas con las que evitó la derrota parisina.
Pero es demasiado poco bagaje para un equipo que aspira al trono europeo y que la próxima jornada recibe a otro de los grandes aspirantes, el Manchester City. Otro traspié en el Parque de los Príncipes encendería todas las alarmas en la capital francesa.
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