El Girona celebró su histórica clasificación para la Liga de Campeones sobre el césped de Montilivi y justo después de la victoria con remontada de este sábado ante el Barcelona por 4-2 en el derbi catalán de la 34ª jornada de LaLiga EA Sports.

Nada más acabar el partido, el logotipo de la Champions apareció en el videomarcador del estadio y comenzó a sonar el himno de la máxima competición europea, mientas la afición, entregada, se rendía a los jugadores y a su entrenador, Míchel Sánchez.

El estadio gritó una tarde más ‘Míchel, catalá’, además de otros cánticos como el habitual ‘uruguayo’ para Cristhian Stuani, el capitán, el nuevo de ‘Èric, quédate’, para Èric García, cedido o «L’any que ve, Girona-PSG (el año que viene, Girona-PSG)».

Los futbolistas dieron una vuelta de honor para agradecer el apoyo a su afición, que volvió a llenar las gradas con más de 14.000 aficionados, en el enésimo partido con todas las entradas vendidas después de un curso inolvidable.

Fueron 14.090, solo por detrás del día del Real Madrid: el día de la única derrota en 18 partidos en Montilivi. El resto han sido 15 victorias y dos empates.

En los minutos finales del partido la hinchada ya hacía la ola, enamorada de un equipo que selló la proeza de clasificarse para la Liga de Campeones en apenas su cuarto año en Primera.

El Girona ha ido cumpliendo objetivos, la permanencia, la máxima puntuación histórica (51), acabar entre los diez primeros, la clasificación europea y finalizar entre los cinco primeros, y ahora aseguró la Champions. Y aún quedan cuatro jornadas para pelear por la Supercopa de España.


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