¿Qué ocurrió exactamente este martes en el beisbol venezolano?
La OFAC, que es una oficina del Departamento (o ministerio) del Tesoro de Estados Unidos, hizo pública una licencia que permite a la LVBP tener relaciones comerciales con entidades y ciudadanos estadounidenses. Es un acta semejante a la que ampara a la Chevron y a otras compañías que hacen vida en el país.
¿Por qué esa medida?
Por una petición de la LVBP, a raíz del veto que la MLB hizo en agosto a Venezuela, aludiendo que las sanciones comerciales del gobierno de Donald Trump podían interpretarse también en contra del beisbol profesional venezolano, por estar patrocinado parcialmente por entes estatales y tener vínculos en algunos casos con gobernaciones, alcaldías y otras entidades oficiales.
¿El veto de la MLB fue ordenado por la OFAC?
No. El comisionado de las Grandes Ligas tomó la iniciativa bajo la presunción de que las medidas del Departamento del Tesoro podían abarcar también los diamantes. La MLB aseguró haber hecho la consulta a la OFAC, sin recibir respuesta. Acto seguido, excluyó a Venezuela del Acuerdo del Beisbol Invernal, aludiendo que era una manera de “curarse en salud”.
¿Qué efectos tuvo ese veto?
Todos los peloteros protegidos en los rosters de 40 (todos los bigleaguers, básicamente) y los ligamenoristas bajo contrato, sin importar nacionalidad, recibieron la prohibición de participar en sus equipos de la LVBP. La misma medida pesó sobre managers, coaches, scouts, ejecutivos y empleados de la gran carpa y sus 30 organizaciones.
¿Termina el veto con esta licencia del Departamento del Tesoro?
No. La administración Trump simplemente está dando su visto bueno al beisbol venezolano, su institucionalidad y sus formas de financiamiento. Pero no puede ordenar a la MLB que permita a sus contratados participar en el campeonato 2019-2020. Es necesario ahora un pronunciamiento formal del beisbol mayor, que termine con el veto y ordene el regreso de Venezuela al Acuerdo Invernal.
¿Qué medidas tomó la LVBP para lograr el apoyo de la OFAC?
Su directiva se trasladó a Estados Unidos para exponer ante distintas instituciones oficiales de ese país que la liga local es un emprendimiento privado, nacido hace más de 70 años, que ha sobrevivido dictaduras y gobiernos de distinto tenor e ideologías, generando empleos y una forma de ingreso para miles de familias, además de entretenimiento masivo, por ser el pasatiempo nacional. Sus abogados prepararon un detallado y extenso alegato. Pero los ocho equipos también acordaron cortar relaciones de patrocinio con todo ente oficial, incluyendo PDVSA, que fue el principal sponsor de la pelota nativa en los años recientes. Esta licencia puede ser revocada si tales relaciones vuelven a establecerse, por ejemplo.
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¿Cuánto tiempo le tomará a la MLB recibir de vuelta a Venezuela en el Acuerdo Invernal?
Nadie lo sabe. Pudiera ser una decisión ejecutiva del comisionado Rob Manfred, pero hay obstáculos que pueden demorarla entre días y meses. La gran carpa no completó en agosto el proceso anual de revisión de los estadios donde se disputa la LVBP, por ejemplo. La falta de ese visto bueno podría retrasar el regreso del status quo incluso hasta la zafra siguiente. Y está, por supuesto, el caso de Aragua y Magallanes, que fueron excluidos de esta licencia.
¿Qué sucederá con Tigres y Navegantes, entonces?
La liga ha iniciado un nuevo proceso de apelación. La intención es documentar cada caso, para lograr el visto bueno para ellos, también.
¿Cuánto tiempo puede llevar ese procedimiento?
Posiblemente meses. Las gestiones para lograr esta licencia consumieron alrededor de 90 días y va a ser complicado preparar esta nueva argumentación. Ambos fueron excluidos por ser fundaciones y presumiblemente por sus vínculos con gobiernos regionales. Pero son casos muy diferentes. Mientras Magallanes es una fundación privada, sin relaciones políticas, con una treintena de socios que son, en su gran mayoría, empresarios, industriales y miembros de la familia tradicional carabobeña, Aragua cambió sus estatutos en la década pasada, para dar a la Gobernación aragüeña el control total de la directiva y el derecho de nombrar y remover a sus miembros.
Pero ¿Magallanes no tiene también relación con la Gobernación y la Alcaldía?
Sí, pero son casos diferentes. En la nave, esas entidades cuentan con un voto cada una entre decenas de socios. Estatutariamente, no pueden imponer unilateralmente sus deseos ni pueden remover a los directivos, tomar decisiones deportivas o determinar el rumbo a seguir por la novena. Son socios minoritarios. Eso fue lo que impidió que el entonces gobernador Acosta Carlés estatizara a los turcos, como deseaba hacerlo hace tres lustros.
Finalmente ¿jugarán los grandeligas si la MLB aprueba los estadios y decreta el regreso de Venezuela al Acuerdo Invernal?
No necesariamente. Al menos en el corto plazo. Además del compás de espera que terminará cuando las Mayores expresen su posición a propósito de la medida del Departamento del Tesoro, está la decisión que deben tomar ahora los seis equipos beneficiados: ¿recibirán gustosos a esos refuerzos que tanto necesitan y tanto quiere ver la afición, a pesar de que eso se convertirá en una ventaja para seis y una clara desventaja para dos? Hay voces en la liga que hablan de mantener algún tipo de solidaridad con Tigres y Navegantes. Es un tema que ya se analiza a lo interno de la LVBP y cuya discusión, por sorpresivo, apenas acaba de comenzar.
@IgnacioSerrano
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