Dejemos a un lado la respuesta más obvia. Prácticamente todo pelotero sueña con jugar en la MLB cuando da el salto al profesional. Eso muy probablemente incluya a jugadores de Japón, Corea del Sur y Taiwán. Las Grandes Ligas son eso, la punta de la pirámide competitiva, y por ello muchos de los mejores peloteros asiáticos, así como los mejores de la América Latina, terminan en algún momento jugando allí.
Puesto eso a un lado, vamos a lo menos obvio. Los tres principales campeonatos del Lejano Oriente se disputan en estadios modernos, suelen contar con decenas de miles de asistentes —no en estos tiempos de pandemia, claro está, pero sí por norma regular— y sus principales figuras son en muchos casos verdaderas estrellas pop.
Muchos conocíamos esos y otros detalles, aunque esta pausa forzada por el covid-19 nos ha permitido encontrar más cosas, más curiosidades, y profundizar en aquellos aspectos que ya habíamos visto como espectadores a larga distancia.
Basta ver el streaming de los encuentros de pretemporada en Surcorea, así como la acción de Taiwán, para disfrutar de un espectáculo que tiene un empaque de similar calidad a la Gran Carpa. Los uniformes, los escenarios, las mascotas tienen un brillo muy semejante al que deslumbra en las Mayores, ese que nos resulta tan cercano.
Todo esto pasaba por nuestra mente al dialogar con algún lector que consideraba un retroceso, un viaje a la trastienda de los diamantes mundiales, el periplo de los tres bigleaguers venezolanos en la KBO.
Y ojo, que no se trata únicamente del empaque, que es muy bueno. Ahora que hemos podido ver más videos y acción real, nos hemos topado con una competencia de nivel.
Vayamos al detalle, sin embargo, para ver por qué la opción de esos tres grandeligas criollos luce acertada.
Dixon Machado, Ricardo Pinto y William Cuevas, para empezar, ya están jugando pelota. Si pertenecieran todavía a la MLB, estarían en el parón forzoso que afecta al hemisferio occidental en este momento. Aunque, vaya, ese no es el punto a destacar, porque ya se reabrirán los campos de este lado, conforme ceda el nuevo coronavirus originado en la ciudad china de Wuhan. El punto es el drástico aumento salarial que representa para los tres haber aceptado el envite de sumarse al torneo surcoreano.
Machado acumuló partes de cuatro campañas con los Tigres de Detroit. Cuevas pasó partes de tres justas con los bengalíes y los Medias Rojas de Boston. Pinto estuvo arriba con los Filis de Filadelfia y los Rays de Tampa Bay en fracciones de dos temporadas. De continuar en el beisbol organizado, tendrían la posibilidad de ganar el sueldo mínimo de 563.500 dólares, acordado para 2020 por la oficina del comisionado Rob Manfred y la Asociación de Peloteros. Nada más, debido a su tiempo de servcio.
Pero, atentos, ese ingreso es prorrateado. Para cobrar completo, necesitarían pasar todo el año arriba. Tres meses equivaldrían a unos 280.000 dólares. Un mes, poco menos de 100.000.
En comparación, ¿cuánto ganan los importados en la KBO? Pues aquí está el detalle decisivo para jugadores que todavía no se han consolidado en las Grandes Ligas.
El lanzador Tyler Wilson es el mejor pagado entre los extranjeros allá, actualmente. Los Mellizos de LG le compensarán con 1,6 millones de dólares en 2020. Con un recorrido en las Mayores algo parecido al de Machado, en términos de tiempo y estatus, no está nada mal tener ese ingreso.
Wilson, dirán algunos, recibirá esa cantidad porque suma dos estupendas cosechas como abridor de los gemelos. Cierto. Pero veamos el caso de los nativos. Cuevas recibió un bono de 300.000 dólares por firmar, que supera todos los ingresos que recibió en sus 10 campeonatos entre las Menores y la MLB. A partir del 5 de mayo cobrará un salario base adicional de 600.000 dólares. Y pudiera redondear otros 100.000 en incentivos, para totalizar un millón de dólares.
Del diestro podría también apuntarse que sus emolumentos serán considerables debido a su éxito el año pasado en aquel circuito. Pero los debutantes Machado y Pinto también sacarán lo suyo. El campocorto ganará 800.000 dólares entre bono por firmar y salario total, con chance de llegar a 900.000, en tanto que el serpentinero se moverá entre un piso de 550.000 dólares y un techo de 800.000.
Recordemos el argumento clave: esas cantidades superan con creces la suma total de todo lo que cada uno ganó a todo lo largo de sus carreras.
Así que, ¿es mejor la Gran Carpa? Seguro, si eres un pelotero de todos los días. Shin-Soo Choo es coreano y allá lo vemos jugando en Texas, feliz. Pero, ¿y si eres eso que con crudeza y realidad se llama “un pelotero de reemplazo”? Está más que claro, mucho mejor es Corea de Sur.
Roberto Petagine, Alex Cabrera, Alexander Ramírez, José López, Ernesto Mejía, todos ellos aseguraron su futuro y el de sus seres queridos al convertirse en figuras del beisbol asiático. Para cada uno de ellos, lo mejor que pudo pasar fue dar el salto lejos de la MLB.
@IgnacioSerrano
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