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El cruel adiós panamericano del campeón olímpico venezolano Rubén Limardo

por Avatar AFP

Su historial en la esgrima de los Juegos Panamericanos es impresionante: cuatro medallas de oro, cuatro de plata y una de bronce, pero el campeón olímpico venezolano Rubén Limardo se va de Santiago-2023 con las manos vacías.

Junto con su hermano Francisco Limardo y Grabiel Lugo, el medallista de oro de la espada individual en los Juegos Olímpicos de Londres-2012 perdió este jueves el combate por bronce en la prueba por equipos de la especialidad en sus últimos panamericanos.

Argentina fue la vencedora, 43-42, con Jesús Lugones, Alessandro Taccani y Agustín Gusmán.

El último turno del pulso correspondió a Rubén Limardo frente a Lugones, con parcial 37-36 a favor de Argentina. Consiguió igualar 42-42, pero terminó cayendo por muerte súbita. El venezolano abandonó la pista cabizbajo, bañado en lágrimas, mientras el público venezolano presente le brindaba un aplauso a manera de homenaje.

Limardo con las manos vacías

El primer turno había sido de Francisco Limardo contra el mismo Lugones, que dio ventaja de 2-0 a Argentina.

Rubén Limardo igualó en el segundo frente a Gusmán, 4-4, y el pulso siguió igualado en el tercero con el pulso entre Lugo y Taccani, 8-8.

Gusmán abrió distancia en el cuarto, 14-10, empezando a encaminar hacia el podio a los argentinos, que supieron manejar la brecha abierta.

Venezuela, después de eliminar a Chile en los cuartos de final con triunfo 33-23, cayó en las semifinales en un emocionante duelo contra Estados Unidos, 45-41.

Ya Rubén Limardo había quedado fuera del podio el lunes en la espada individual, eliminado en los octavos de final por el estadounidense Curtis McDowald.

«Me da mucha tristeza porque estos son mis últimos Juegos Panamericanos», dijo entonces el venezolano con voz cortada.

El experimentado esgrimista de Ciudad Bolívar (sur de Venezuela) ha competido en seis ediciones de los Panamericanos, ganando tres oros en la espada individual en Río-2007, Toronto-2015 y Lima-2019, más un oro por equipos en la cita canadiense. Siempre se había colgado una medalla… hasta ahora.

«Como atleta ya voy sintiendo, ¿no?, lo que me va a tocar», reconoció ese día refiriéndose al retiro, que tarde o temprano es inevitable.

Sin embargo, tiene aún una meta más por delante, París-2024, a los que sueña llegar junto con sus hermanos Francisco y Jesús.

«Hay que seguir preparándonos con la frente en alto hacia los Juegos Olímpicos (…), es la medalla que más sueño, una medalla con mis hermanos en París-2024. Esa es la que yo quiero para retirarme por la puerta grande».