El anuncio oficial del regreso a la Fórmula 1 es apenas el primer paso del proyecto. Fernando Alonso volverá a competir con Renault en 2021 y la ilusión de responder con la misma capacidad que en los años de gloria se dispara para 2022. El Gran Circo recuperará a una estrella, al campeón de 2005 y 2006, al piloto que en la mítica curva 130R, de Suzuka, y a 300 km/h le arrebató la corona y terminó con el reinado de Michael Schumacher.
Un retorno para lavar su desilusionante despedida de dos años atrás, cuando terminó 11mo en el campeonato y sin energías para rescatar a McLaren, una escudería que estaba en una espiral negativa y sufría con los motores Honda y Renault. Con 39 años de edad, el 29 de julio entrará en una nueva década, Alonso cumplirá su tercer ciclo con la marca francesa y enseña cuánto lo empujan los desafíos.
El plan de Alonso fue descubrir una butaca en un equipo top, pero las puertas se abrían y cerraban a velocidad para el ovetense. Mercedes no lo tuvo en la mira y Red Bull Racing no desea opacar con su voracidad su más preciada joya: Max Verstappen; en Ferrari, donde corrió entre 2010 y 2014, todavía recuerdan los tres subcampeonatos, detrás de Sebastian Vettel (RBR), tanto como la relación tormentosa; en McLaren recorrió dos ciclos y la escudería de Woking lo nombró embajador tras el retiro, pero cerró un rápido acuerdo con Daniel Ricciardo (Renault), apenas conoció que Carlos Sainz firmaba con la Scuderia para 2021.
Los coqueteos con Renault no son nuevos y algunos hombres de la vieja guardia fueron señuelos para tomar la decisión: desde Flavio Briatore, el ex jefe del bicampeonato y ex manager, que desde el momento del retiro le susurró el mensaje que Alonso deseaba escuchar, hasta la presencia de conocidos como Remi Taffin -responsable de los motores en el primer triunfo, en el Gran Premio de Hungría 2003-, Alain Permane -ex ingeniero de pita y ahora director deportivo-, Pat Fry -con el que trabajó en McLaren y Ferrari- y la fiabilidad de Marcin Budkowski, director técnico y ex ingeniero de la FIA.
El paquete Renault además lo solventa el jefe de equipo Cyril Abiteboul, que ya enfocó las tareas para el momento del cambio de reglas, en 2022, y el flamante director general de la marca, Luca de Meo. El italiano trabajó en Seat y en Volkswagen, en España, y conoce el marketing que representa la figura del asturiano para una automotriz que viene en descenso y que con la pandemia mundial de covid-19 se hundió en ventas y deberá reducir 25% de su estructura. En el Gran Circo, Alonso es sinónimo de Renault y el tope presupuestario de 145 millones de dólares que impuso la Fórmula 1 para 2021 resultó una señal alentadora para impulsar la recuperación del negocio: para eso, el conjunto de Fórmula 1 necesita a un actor consagrado que además guíe a su futuro compañero de garaje, Esteban Ocon.
You’re giving us all the feels with this vid @F1! #RSspirit pic.twitter.com/MJeHe9SEpz
— BWT Alpine F1 Team (@AlpineF1Team) July 8, 2020
La esperanza de avanzar y salirse del laberinto por el que transita Renault -retomó la Fórmula 1 en 2016, aunque no gana desde el GP de Japón 2008, con Alonso; el año pasado McLaren le arrebató por 54 puntos la cuarta plaza entre los Constructores- se observa en el mensaje: «Renault es mi familia, es una marca muy cercana para mí y estoy orgulloso de volver. Mis principios y ambiciones van en línea con el proyecto del equipo, su progreso da credibilidad a los objetivos para 2022. Renault quiere volver al podio y estoy seguro de sus posibilidades. Ayudaré para que sea campeón del mundo y si es conmigo, fantástico», alentó Alonso. «Traerá una cultura ganadora», aventuró Abiteboul.
La Fórmula 1 comenzó el último fin de semana la temporada 2020, un calendario que tiene 8 fechas confirmadas y las especulaciones señalan que serán un máximo de 15 Grandes Premios. Alonso, mientras el Gran Circo descansaba antes del fallido inicio en Melbourne, por causas del coronavirus, participó del Rally Dakar, en Arabia Saudita. Tres semanas de una aventura exigente desde la conducción, el físico y la mentalidad. Las 500 Millas de Indianápolis, del 23 de agosto, el objetivo inmediato del español; nueve días atrás, la alianza McLaren-Schmidt Peterson presentó el auto con que el ovetense desea sellar la Triple Corona, después de vencer en las 24 Horas de Le Mans -fue campeón del Mundial de Resistencia- y en el GP de Mónaco de Fórmula 1. Sería el último compromiso del calendario, debido a que desistió de correr este año en Le Mans, donde ganó con Toyota en 2018 y 2019.
La disponibilidad de Alonso es una ventaja que deberá exprimir Renault para dar el salto en 2022. «En algún momento vendrá a Enstone para conocer al equipo, es una oportunidad para ganar tiempo y familiarizarse con la forma en que estamos trabajando», admitió Abiteboul, que desalentó que Alonso se presente en algunas de las pruebas libres: «No creo que necesite una sesión para entender los procedimientos de un auto de F.1. No es el plan y si lo quisiera está la posibilidad de rodar con el modelo 2018».
17 temporadas en la Fórmula 1, con un bicampeonato y tres subcampeonatos; una estadística de 312 Grande Premios, con 32 victorias y 97 podios reflejan la calidad y el talento conductivo de Alonso. Los resultados a corto plazo no aparecen en la nueva consigna, el proyecto del asturiano apunta a 2022, a la nueva era de la Fórmula 1, cuando el piloto vuelva a estar en el centro del rendimiento, con una mayor paridad entre los equipos y un atractivo espectáculo en la pista. Ahí, el Gran Circo volverá a disfrutar del mejor Alonso.
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