Los organizadores del Abierto de Australia están absolutamente seguros de que podrán llevar a cabo el primer Grand Slam de la temporada, que comienza este lunes. El evento se realizará pese a la detección de un caso positivo por coronavirus en uno de los hoteles burbuja que crearon para la ocasión en Melbourne y que afecta a más de un centenar de tenistas.
«Estamos absolutamente seguros de que el Abierto de Australia seguirá adelante. Esperamos mantener la programación original a partir de este jueves», señaló ante los medios Craig Tiley, su director.
Las alarmas saltaron este miércoles cuando las autoridades del estado de Victoria informaron de un caso positivo de un trabajador de un hotel de Melbourne. Inmediatamente pusieron en confinamiento a cerca de 600 personas involucradas en el Abierto de Australia, entre ellas muchos tenistas. Se anunció, además, la suspensión de la tercera jornada de la Copa ATP y de los torneos que se estaban disputando.
En este sentido, Tiley confirmó ante los medios que entre 160 jugadores y sus equipos técnicos empezaron a hacerse pruebas este jueves. Los posibles contagiados permanecerán confinados hasta que reciban el visto bueno de las autoridades sanitarias.
De todos modos, el director del Abierto de Australia fue optimista y apuntó que la probabilidad de que haya contagios es muy baja. «Esperamos que todos den negativo porque se les considera contactos ocasionales y es más una precaución adicional para proteger a la población local», aseguró.
«Esto nos daría tres días para que se completen los eventos», añadió sobre la Copa ATP y los torneos que se suspendieron.
«Una opinión que comparten las autoridades sanitarias de Victoria, que creen que el riesgo de otros huéspedes del hotel es relativamente bajo”, señaló Allan Cheng, subdirector de la Oficina de Salud. «El torneo no debería verse afectado por esto, pero estas cosas pueden cambiar», advirtió por su parte Daniel Andrews, Primer Ministro de Victoria.