Con una memorable remontada en casi cuatro horas, el serbio Novak Djokovic derrotó este domingo al español Carlos Alcaraz en la final del Masters 1000 de Cincinnati y se tomó una revancha por su derrota del pasado mes en Wimbledon.
Djokovic salvó una pelota de partido ante el número uno mundial, que sobrevivió a otras cuatro, hasta imponerse por 5-7, 7-6 (9/7) y 7-6 (7/4).
Con su tercer título en Cincinnati, tras los de 2018 y 2020, Djokovic agranda su récord de títulos de Masters 1000 a 39.
El serbio culminó así un exitoso regreso a Estados Unidos después de dos años de ausencia e igualó el balance personal con Alcaraz a dos triunfos por bando antes de la gran batalla del Abierto de Estados Unidos (28 de agosto – 10 de septiembre).
Tras el triunfo de la joven estadounidense Coco Gauff en la final femenina, Cincinnati vivió un tercer y electrizante capítulo en solo tres meses del gran duelo generacional entre Alcaraz, el jugador llamado a dominar el futuro del tenis, y Djokovic, el mayor campeón de Grand Slams (23 títulos).
El reencuentro
El español, de 20 años, y el serbio, de 36 años, se encontraban por primera vez sobre pista dura con el recuerdo aún muy vivo de la victoria de ‘Nole’ en arcilla en las semifinales de Roland Garros y de Alcaraz en una memorable final en la hierba de Wimbledon.
Tras esa dolorosa caída, Djokovic se tomó un breve descanso hasta Cincinnati, donde ha firmado un glorioso retorno a Estados Unidos después de dos de ausencia por su negativa a vacunarse contra el coronavirus.
Alcaraz, de su lado, venía atravesando problemas en esta gira norteamericana en pista rápida hasta salvar una pelota de partido el sábado ante Hubert Hurkacz.
Pero la cita del domingo era una gran final y enfrente estaba Djokovic, motivación más que suficiente para que el prodigio de Murcia elevara al máximo sus prestaciones en un partido con continuos giros de guión.
Las mil vidas de Djokovic
Frente a un Djokovic que pareció resentirse del fuerte calor y humedad de Cincinnati, Alcaraz logró levantar un 2-4 en contra en el primer set y se avanzó en el segundo con un quiebre temprano.
Pero Djokovic, que recibió atención y bebidas para reforzar su energía, resurgió a lo grande para adjudicarse el segundo set en un trepidante ‘tiebreak’ en el que llegó a salvar una pelota de partido de Alcaraz.
Tras pagar su rabia con tres fuertes manotazos en el banquillo, por lo que necesitó tratamiento en la mano derecha, Alcaraz no pudo contener a Djokovic, que recuperó las piernas y puso máxima presión sobre el español.
En el sexto juego martilleó hasta lograr el quiebre a la quinta oportunidad y estuvo a punto de zanjar el partido con otra ruptura de servicio pero Alcaraz salvó dos pelotas de partido, una de ellas tras un intercambio de museo.
El español sobrevivió a otras dos pelotas de partido, una de ellas por doble falta de Djokovic, en un grandioso juego de 12 minutos con el que igualó 5-5.
Con ambos jugadores ya disminuidos físicamente, el título se decidió en otro ‘tiebreak’ en el que Alcaraz parecía tener también problemas en su mano derecha.
Djokovic vio cómo el español le igualaba su ventaja inicial de 3-0 pero ya estaba demasiado cerca de la meta y selló la final con su quinta bola de campeonato, celebrándolo rompiendo su camiseta de toda la rabia contenida en tres horas y 49 minutos de memorable pulso.
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