DEPORTES

Diez gestas de Múnich 72 que brillan 50 años después

por Avatar EFE

Los Juegos de Múnich 72 cumplen este viernes medio siglo sin que el tiempo haya hecho palidecer grandes hazañas deportivas como las firmadas entonces por Mark Spitz, Teófilo Stevenson, Olga Korbut o Alexander Belov.

En una cita marcada por el atentado palestino del 5 de septiembre contra la delegación israelí participante en los Juegos de Múnich 1972, hubo sin embargo resultados deportivos sobresalientes que convirtieron en única la edición.

Participaron 7.134 atletas (6.075 hombres y 1.059 mujeres) de 121 países y en el medallero final se impuso la Unión Soviética, con 99 medallas, 50 de ellas de oro. Estuvo por delante de Estados Unidos con 93, 33 de oro, y de la República Democrática Alemana con 66, 20 de oro.

Estos son diez resultados inolvidables de los Juegos de Múnich 72:

Siete oros y siete récords mundiales para Mark Spitz

Lo nunca visto: en un periodo de ocho días el nadador estadounidense Mark Spitz ganó en Múnich siete medallas de oro y estableció un récord del mundo en cada una de las siete pruebas: 100, 200, 4×100 y 4×200 libre, 100 y 200 mariposa y 4×100 estilos.

Durante 36 años fue el deportista con más oros en una única edición de los Juegos. Otro nadador, su compatriota Michael Phelps, le arrebató la marca con sus ocho victorias en Pekín 2008.

Tras ganar los 200 libre, su tercera medalla en Múnich 72, Spitz se presentó en el podio con unas zapatillas Adidas en la mano, para que se vieran bien, todo un desafío a las normas del amateurismo que gobernaban entonces los Juegos. Alegó que no le había dado tiempo a calzárselas. La URSS presentó una reclamación, que no prosperó.

Olga Korbut, la estrella que cambió la gimnasia

La gimnasia artística femenina tiene un antes y un después de la soviética Olga Korbut, ganadora en Múnich 72 de cuatro medallas y autora de nuevas dificultades que aún hoy son referente para la élite de este deporte. El código de puntuación está plagado de elementos que llevan su nombre.

Ganó el oro por equipos con una actuación tan sobresaliente que se daba por segura su victoria también en el concurso completo individual. Pero sus errores en las barras asimétricas dieron el título a una compañera de equipo, Ludmilla Tourischeva. Korbut compensó esta decepción en las finales por aparatos: oro en suelo y barra de equilibrio y plata en asimétricas.

Veintisiete años después de triunfar en Múnich confesó que en esa etapa había sufrido abusos y violación por parte de su entrenador, Renald Knysh.

El final más polémico

Cincuenta años después, Estados Unidos aún no reconoce la derrota ante la Unión Soviética en la final olímpica de baloncesto.

Los protagonistas siguen enfrentados por la última jugada, que tuvo que ser repetida tres veces.

Tras un partido dominado por la URSS, Doug Collins anotó dos tiros libres que pusieron por primera vez por delante a EE UU (50-49). El árbitro olvidó señalar un tiempo muerto pedido por el seleccionador soviético, Vladímir Kondrashin, por lo que se repitió la jugada. Según los norteamericanos, ese tiempo no fue solicitado en plazo.

En la segunda repetición los jueces de mesa no advirtieron que el reloj marcaba erróneamente 53 segundos, por lo que hubo que volver a sacar de fondo.

Finalmente, en la última repetición, cuando los estadounidenses ya cantaban victoria, el base Ivan Yedeshko dio un increíble pase de casi 30 metros a Alexandr Belov, que se elevó sobre dos defensores y anotó. El 50-51 fue definitivo.

El equipo de Estados Unidos, que llegaba a la final sin haber perdido ninguno de los 62 partidos que había disputado en su historia olímpica, renunció a la medalla de plata.

Shane Gould, multimedallista a los 15 años

Entre los grandes nombres de la historia de la natación australiana, el de Shane Gould ocupa un lugar prominente gracias a su exhibición en los Juegos de Múnich, a los que acudió con solo 15 años.

Ya llegó como una estrella: desde diciembre de 1971 tenía en su poder todos los récords de estilo libre, desde los100 hasta los 1.500 metros, así como el de 200 m estilos. Nadie ha vuelto a dominar de esa manera la tabla de plusmarcas.

En la piscina de Múnich ganó tres medallas de oro, en 200 y 400 libre y en 200 m estilos, mejorando sus records universales, además de una plata en 800 libre y un bronce en el hectómetro.

Se retiró a los 16 años, víctima de la presión. Décadas después volvió a competir en categoría Masters y se cansó igualmente de batir récords.

 Valeri Borzov, doblete en 100 y 200

Como en baloncesto, también las pruebas de velocidad en el Estadio Olímpico los corredores estadounidenses se vieron sorprendidos por un atleta soviético, el ucraniano Valeri Borzov.

En los 100 m le acompañó la suerte, porque los norteamericanos Eddie Hart y Reggie Robinson se equivocaron de hora y no se presentaron a la ronda de cuartos. En la final, Borzov se impuso con marca de 10.14 al estadounidense Robert Taylor, plata con 10.24.

Los 200 m le resultaron más fáciles: hizo el mejor registro de su vida, 20.00, y superó en el reparto del podio al norteamericano Larry Black, 20.19, y al italiano Pietro Mennea, 20.30.

«Me recuerda a mí», dijo el mítico Jesse Owens cuando le preguntaron por Borzov.

Lasse Virén, primera parte de su doble apuesta

El fondista finlandés ganó los 5.000 y los 10.000 metros tanto en los Juegos de 1972 como en los de 1976, una hazaña sin precedentes y que no fue repetida hasta que el británico Mo Farah hizo lo mismo en 2012 y 2016.

En Múnich 72, batió el récord mundial de los 10.000, pese a caerse a mitad de prueba, y el olímpico de los 5.000.

Sus pobres resultados en otras competiciones, su carácter hermético y las prácticas admitidas por otros atletas de su país extendieron sobre él la sombra del dopaje sanguíneo, que nunca pudo probarse.

Ian Millar, el principio de un récord

El jinete canadiense Ian Millar tiene el récord de participaciones en los Juegos Olímpicos, con su aparición en diez ediciones. La primera de ellas fue la de Múnich.

Con él en el equipo, Canadá ocupó la sexta plaza en saltos.

Entre 1972 y 2012 solo se perdió los Juegos de Moscú’80, boicoteados por su país.

La única medalla de Millar en sus diez Juegos la ganó en Pekín 2008, plata en salto por equipos.

Liselott Linsenhoff, primer oro para una amazona

La alemana federal Liselott Linsenhoff fue, en la prueba de doma, la primera mujer en ganar un oro individual en una competición mixta.

En México 68 ya había logrado la victoria, aunque por equipos.

Teófilo Stevenson, el nacimiento de un mito

El mejor púgil de la historia del boxeo aficionado, el cubano Teófilo Stevenson, ganó en la ciudad bávara la primera de sus tres medallas olímpicas en el peso pesado.

El año anterior había logrado un bronce en los Juegos Panamericanos de Cali, detenido en su camino hacia el oro por el estadounidense Duane Bobick. Ambos volvieron a cruzar los guantes en el ring olímpico, en los cuartos de final, y la historia fue muy distinta: a mitad del tercer asalto hubo que parar el combate ante la paliza monumental que estaba recibiendo Bobick.

Stevenson ganó en semifinales al alemán occidental Peter Hussing y no tuvo necesidad de disputar la final, ante la baja del rumano Ion Alexe por una rotura en un pulgar.

Lato: la medalla de oro precedió a la bota de oro

Grzegorz Lato se proclamó campeón olímpico de fútbol con Polonia en los Juegos de Múnich, dos años antes de ganar, también en Alemania, la Bota de Oro como máximo goleador del Mundial de 1974.

Polonia ganó la final por 2-1 a Hungría, bajo una lluvia torrencial y con fuertes rachas de viento que en la segunda parte favorecieron el ataque de los polacos. Dos goles de Kazimierz Deyna dieron la vuelta al partido y evitaron el tercer oro seguido de los húngaros.