La estadounidense Danielle Collins, que se retirará al final de la presente temporada, se coronó este domingo en el Miami Open con el primer título WTA 1.000 de su carrera, tras ganarle la final a la kazaja Elena Rybakina por 7-5 y 6-3.
Collins, de 30 años y número 53 del ránking mundial, se estrenaba en una final de esta categoría y lo hacía ante una Rybakina que le había ganado tres de los cuatro precedentes, pero protagonizó una sobresaliente actuación para poner las manos en el título tras dos horas y dos minutos de partido.
La jugadora estadounidense, nativa de Saint Petersburg (Florida), se convirtió en la sexta campeona más veterana en la historia del torneo de Miami y en la sexta norteamericana capaz de ganar este torneo.
Colocó su nombre al lado de leyendas como Martina Navratilova (1985), Chris Evert (1986), Venus Williams (1998, 1999 y 2001), Serena Williams (2002, 2003, 2004, 2007, 2008, 2013, 2014 y 2015) y Sloane Stephens (2018).
Número 53 del mundo, Collins es la jugadora con ránking más bajo capaz de triunfar en Miami y luce ahora tres títulos en sus vitrinas en el circuito WTA. Firmó la segunda victoria de su carrera contra rivales que forman parte del top-5 del ránking mundial.
A partir de este lunes, Collins, que llegó a ser número siete del mundo, ocupará la plaza número 22 en el ránking WTA.
Para Rybakina fue la segunda derrota consecutiva en la final de Miami. En 2023 fue la checa Petra Kvitova en negar el título a la kazaja, que buscaba su tercer torneo WTA 1.000.
Rybakina, campeona este año en Brisbane y Abu Dhabi, era la tercera jugadora con más victoria en la WTA (60), detrás de la polaca Iga Swiatek (79) y Jessica Pegula (63).
Para Collins era la primera final en un WTA 1.000 y para Rybakina era la quinta, pero la jugadora estadounidense demostró no sentir la presión. Encaró el partido con carácter y gestionó con coraje los momentos más delicados.
Anuló las cinco bolas de rotura concedidas, tres de ellas en el séptimo juego. Se encomendó al servicio la estadounidense y esperó su oportunidad para golpear.
Estuvo 40-15 arriba con Rybakina al saque con 6-5 en el luminoso y convirtió su tercera oportunidad de break para llevarse el primer set por 7-5 tras casi una hora de partido.
Collins volvió a colocarse una rotura arriba en el tercer juego del segundo set, pero no logró consolidarla y sufrió su primer break de la final.
Sin embargo, esa fue la única bola de rotura que Rybakina consiguió convertir de las 10 que consiguió y eso acabó pasándole factura.
La estadounidense anuló una de esas bolas de rotura en el séptimo juego y rompió el saque de Rybakina en el siguiente para ir a sacar por el partido con 5-3 en el luminoso.
Necesitó cuatro bolas de partido, pero finalmente pudo sentenciar con un revés cruzado que le entregó su primer título WTA 1.000.