La suspensión de Wimbledon, el torneo más importante del tenis, a consecuencia de la pandemia de coronavirus, causó una gran tristeza en el ambiente del deporte blanco.
Conviene revisar la historia para advertir que no es la primera vez que sucede: Wimbledon canceló sus torneos durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Durante esta última, las instalaciones del All England se convirtieron en un refugio civil. Los cuerpos de bomberos y médicos agruparon las ambulancias allí.
Wimbledon estaba bajo el ojo de Hitler
El barrio de Wimbledon siempre fue un objetivo de la Luftwaffe, la Fuerza Aérea de Alemania en la época nazi. Los germanos estaban decididos a castigar a Gran Bretaña por vía aérea ante la potencia naval de los Royal Marines.
Adolfo Hitler conocía que Wimbledon era un barrio trascendente en las tareas de guerra, con fábricas de armamento y un comercio de juguetes transformado en un centro de montaje de ametralladoras. También era una zona residencial en la que vivían militares de alto rango. Estaba bajo la lupa.
Todo ello desencadenó en que el 11 de octubre de 1940, un ataque aéreo nazi dejara caer cinco bombas de más de 200 kilos sobre el All England.
La primera destrozó el tejado del club house; la segunda cayó sobre el techo de las tribunas del court central; la tercera, en Church Road, la calle que serpentea el club; y las dos últimas dejaron cráteres en el campo de golf contiguo.
El daño en la cancha central afectó 1.200 butacas. Es más, todavía hoy se siguen encontrando bombas pertenecientes a la guerra, según los historiadores y los medios periodísticos británicos.
Arrojaron cerca de 24.000 toneladas de explosivos en esta ciudad, pero 10% de todos los que cayeron no detonaron.
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Hitler visitó Wimbledon durante la Copa Davis
Antes del estallido del conflicto bélico, la única conexión del Führer con Wimbledon había sido, según los registros, en 1937.
Y no fue durante el tradicional certamen británico, sino en la final de la Copa Davis cuando disputaron Alemania y Estados Unidos, sobre el césped del All England (triunfaron los norteamericanos por 3-2).
Antes del decisivo quinto punto entre Don Budge y Gottfried Von Cramm, este recibió un llamado de Hitler para desearle «suerte». Pero fue Budge, una leyenda del deporte de las raquetas en Estados Unidos, definió la serie con una victoria por 6-8, 5-7, 6-4, 6-2 y 8-6.
Una granja en época de guerra
Por la Primera Guerra Mundial, Wimbledon no se jugó entre 1915 y 1918. Y por la Segunda, canceló su actividad entre 1940 y 1945.
El All England se convirtió en una granja durante los años de guerra, con cultivos y cría de animales como cerdos, gallinas, patos y conejos. Para el torneo y para el país, lógicamente, se trató de un período oscuro.
Wimbledon recuperó su torneo en 1946: la ganadora femenina fue la estadounidense Pauline Betz y, el vencedor masculino, el francés Yvon Petra, quien había sido obligado a hacer el servicio militar, luchó en el conflicto, fue tomado como prisionero de los alemanes y había estado en un campo de concentración donde sufrió una severa lesión de rodilla.
La historia dice que la popularidad que había adquirido como tenista lo salvó, porque recibió un trato preferencial: fue enviado a un cirujano y liberado en 1942.