Doble asistencia, gol y una nueva exhibición en la tierra del ‘soccer’: James Rodríguez dio el boleto a Colombia de la semifinal de la Copa América al conducir la paliza 5-0 sobre Panamá este sábado en Glendale, Arizona.
El ’10’ de 32 años camina a convertirse en el MVP de la mano de una tricolor desconocedora del sabor a derrota: igualó su mejor racha de invencibilidad, de 27 partidos, establecida por Carlos «El Pibe» Valderrama y compañía entre 1992 y 1994.
El talentoso zurdo asistió al delantero Jhon Córdoba (8) en un córner y a Luis Díaz (41) con un pase de mariscal de campo, y marcó de penal (15) su tanto 28 con la selección, diana que lo aísla como segundo artillero histórico por detrás de Falcao García (36).
El mediocampista Richard Ríos (70) y el ariete Miguel Borja (90+4) de penal concluyeron la goleada contra unos canaleros que disputaron sus primeros cuartos de final del torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Mostrando probablemente su mejor fútbol, tras años de lesiones recurrentes, Rodríguez guió a su país a su décima semifinal de Copa América, la segunda consecutiva tras Brasil-2021, donde cayeron con la campeona Argentina.
Colombia buscará acercarse a su segundo título de la Copa América, tras el alzado en casa en 2001, cuando enfrente el miércoles en Charlotte, Carolina del Norte, a Uruguay o Brasil, que cierran los cuartos este sábado en Las Vegas, Nevada.
Noqueo temprano
Los pronósticos de que la defensa panameña, inesperada inquilina en esta instancia, sería un hueso duro de roer resultaron exagerados.
Los cafeteros de Néstor Lorenzo, artífice de 24 de los 27 partidos invictos, noquearon cualquier chance canalera en el primer cuarto de hora del juego disputado en el State Farm Stadium, hogar de los Arizona Cardinals, de la NFL.
Los aficionados de Colombia en esta Copa América fueron inmensa mayoría en el recinto, con cubierta y sistema de climatización para espantar las temperaturas superiores a los 40 grados, aunque estuvieron lejos (39.740) de ocupar la totalidad de los 63.400 asientos.
Se dieron un banquete con la magia del capitán, tal vez en un nivel superior al que lo hizo globalmente famoso en el Mundial de Brasil-2014. Y primero por una vía, la aérea, que los centroamericanos habían prometido cuidar.
James, de futuro incierto en el Sao Paulo, cobró un córner al corazón del área chica, donde Córdoba venció la marca del central José Córdoba y anotó de cabeza su segundo tanto en el certamen.
No pasaron cinco minutos cuando Colombia dio otro ‘punch’: tras una buena jugada individual, Díaz puso a correr a Jhon Arias, quien fue derrumbado dentro de las 18 por el portero Orlando Mosquera.
A diferencia del choque contra Costa Rica (3-0), en la fase de grupos, el ’10’ esta vez no cedió el disparo a Díaz, sino que se encargó de marcar su primera diana con un zurdazo cruzado que despistó al guardameta panameño.
Ovacionado
Comandada por Thomas Christiansen, Panamá enseñó sus últimas señales de vida con dos acciones que mostraron la mejor cara de portero colombiano, Camilo Vargas, vital para despejar en la línea un cabezazo del zaguero Roderick Miller (18) que antes golpeó el palo y un remate rastrero del ariete José Fajardo (21).
Temiendo quizás una asonada panameña, James protagonizó otra jugada para el deleite antes del intermedio. Desde propio campo, cobró rápido un tiro libre a espalda de la zaga rival para ratificarse como mayor asistidor (5).
Hasta allá corrió Díaz para bañar a Mosquera y anotar su sexto gol en Copas América, empatando al fallecido Delio «Maravilla» Gamboa en la tercera posición de artilleros históricos colombianos en la competición.
Guiada por el volante Cristian Martínez, Panamá continuó mostrando amor propio, pero ya nunca pudo volver a ver el rostro de Vargas. Por el contrario, al son del «olé» en las tribunas, siguió padeciendo el talento de los cafeteros, que ni resintieron la ausencia del suspendido Jefferson Lerma, eje del mediocampo.
Ríos reanimó la contienda con un derechazo de media distancia, la última acción celebrada en el campo por el ’10’, que tras el 4-0 cedió su lugar a Juan Fernando Quintero para recibir ovaciones de sus compatriotas.
Emulando al capitán, ‘Juanfer’ ejecutó un lanzamiento al vacío por el que Santiago Arias fue violentamente derrumbado por José Córdoba dentro del área. El revulsivo Borja, con un tiro seco, selló el apaleamiento de una Colombia que sueña en grande.