La doble fecha de amistosos, con Bolivia y Trinidad y Tobago como rivales, parecía un escenario ideal para que Rafael Dudamel probara nuevas ideas tácticas que pudiesen ser utilizadas en las próximas eliminatorias rumbo a Catar 2022. Y efectivamente así fue: la Vinotinto salió con un 4-2-3-1, con Rómulo Otero como mediapunta y por delante de un doble pivote conformado por Tomás Rincón y Yangel Herrera, para enfrentarse a la Bolivia de César Farías en el estadio Olímpico de la UCV.
La presencia del volante del Atlético Mineiro le dio una cara renovada al ataque venezolano. Con su dinamismo, cambio de ritmo, criterio en la conducción, capacidad técnica y habilidad para buscar y cobrar faltas, Otero fue un catalizador para que la Selección Nacional ampliara considerablemente su abanico de recursos para generar volumen de juego ofensivo.
Al ocupar el carril central de la cancha, Otro facilitaba y promovía triangulaciones con los extremos, con los laterales incorporados en ataque e incluso con Salomón Rondón, quien además de anotar dos goles se vio muy sólido en labores de pivote y de desmarque.
Aunque se evidenció una considerable mejoría ofensiva, Venezuela también mostró algunas falencias preocupantes al momento de defenderse. Rincón y Herrera casi siempre acertaron en el pase y recuperaron varias pelotas, pero en algunos pasajes del partido la dupla no permutaba para incorporarse al ataque y Bolivia, a pesar de sus evidentes limitaciones, encontraba a sus espaldas terreno libre para la conducción hacia la pareja de centrales venezolana.
Las transiciones defensivas siguen siendo un problema, independientemente del dibujo táctico utilizado. El retroceso de ambos laterales falló en algunas jugadas puntuales y las ayudas de Machís y Savarino no siempre hicieron acto de presencia con recorridos eficientes e inteligentes. Ronald Hernández no tuvo su mejor noche y Wilker Ángel y Jhon Chancellor, aunque no pasaron demasiados apuros en la retaguardia, tampoco estuvieron muy finos al momento de intentar salir limpio con el balón, ya fuese en corto o en largo.
Entendiendo que en las eliminatorias CONMEBOL es casi una obligación ganar como local, y más ante rivales directos, pareciera que la idea que se vio este jueves en el Olímpico de la UCV podría funcionar cuando Venezuela juegue en casa. Quedan cosas por pulir, mejorar y trabajar, sobre todo cuando se pierde el esférico lejos del arco de Faríñez y la dinámica de la jugada exige un retroceso tan rápido como ordenado, pero no hay dudas de que los avances en la maleabilidad táctica de la Selección le permitirán encarar de mejor manera el duro y exigente camino al Mundial de Catar.
Valoraciones individuales:
- Wuilker Faríñez: 7/10.
- Ronald Hernández: 6/10.
- Wilker Ángel: 7/10.
- Jhon Chancellor: 7/10.
- Roberto Rosales: 7/10.
- Tomás Rincón: 8/10.
- Yangel Herrera: 7/10.
- Jefferson Savarino: 7/10.
- Rómulo Otero: 9/10.
- Darwin Machís: 8/10.
- Salomón Rondón: 9/10.