Si les dicen lo contrario, es mentira. Hasta la fecha, no existe una guía tallada en piedra acerca de cómo prepararse para hacer una carrera, un medio o un maratón. 10, 21 y 42,1 kilómetros pueden –o no– resultar tarea fácil para muchos de los amantes del running. Todo depende de sus rutinas diarias y fisionomía, de sus mentes, cuerpos y espíritus. En eso aún nadie puede clonarnos. Mi nombre es Karem González, soy periodista y disfruto mucho correr. Es uno de mis más preciados hobbies desde que tengo 15 años y, hoy, desde El Nacional, vengo a contarles cómo se vivió la experiencia de la Gatorade Caracas Rock 2022 sobre el asfalto y fuera de él.
Entrando en materia
Las carreras de 10 km como la Gatorade Caracas Rock son muy populares porque la distancia es factible para un gran número de personas. Esa es la razón por la cual mucha gente las escoge como su primer evento deportivo.
Prepararse para correr este tipo de distancias no es tan complicado como lo pintan ni conlleva mucho tiempo. De hecho, es posible hacerlo a un mes de la fecha oficial del evento. Para algunos, terminar una carrera (sobre todo si es por primera vez) resulta todo un éxito, mientras que para runners con un nivel más avanzado, como es mi caso, es la oportunidad para conseguir una mejor marca personal. Ambos objetivos requieren distintas estrategias de preparación, pero un mismo foco: llegar a la meta disfrutando a plenitud el proceso.
Si están leyendo esto, puede que les interese el tema, pero no hagan ejercicios; puede también que sean amantes del running, pero no se sientan identificados o, si tengo suerte, que cada palabra se asemeje mucho a sus vivencias propias. Sea cual sea el caso, lo que leerán a continuación es una experiencia personal. No soy una experta ni vengo a dar recomendaciones. Escribiré desde mi perspectiva para que quienes no pudieron asistir se conecten con lo que se vivió en la ciudad este 2 de octubre desde las 5:15 am. Así, pues, sean todos bienvenidos a mi versión de la 21ª Edición de la Gatorade Caracas Rock.
El día anterior
Lo más recomendado, según expertos, es cenar carbohidratos como pasta acompañada de una salsa ligera o con alimentos bajos en grasa como proteínas, evitando la mantequilla, nata o queso muy graso para condimentarla. Se puede también consumir arroz y alguna verdura. ¿Infaltable? La proteína. Es importante, además, no abusar de la fibra la noche de antes para no tener problemas en plena corrida. Certifico que las ganas de ir al baño se quintuplican al día siguiente si no se tiene consciencia de esto. Finalmente, deberíamos cenar lo suficiente para saciarnos pero que no sintamos pesadez de estómago y hasta una hora prudencial, como por ejemplo pisando las 7:00 pm.
Mido 1.68 cm y peso 49 kilos. Sin embargo, como mucho, sobre todo antes de someter mi cuerpo a este tipo de exigencias. Recuerden que mi meta como corredora es mejorar mi tiempo personal. Sendas fajitas de pollo, sin muchas especias a pesar de ser aficionada al picante, fue la mejor elección para mí acompañadas de una gran limonada frappé con yerbabuena. Casi se me olvidaba: la hidratación es clave la noche anterior para evitar tomar mucho líquido en la mañana y que eso entorpezca el ritmo de la corrida. Los baños portátiles a mitad de camino no son la mejor opción si se quiere mantener el ritmo.
A las 10:00 pm ya estaba acostada. Mi kit estaba organizado: cédula, un poco de efectivo -por si acaso- y una camisa de cambio porque me tocaría doble faena: correr y entrevistar a los ganadores al finalizar la carrera. Además, el celular cargado al máximo. Sin embargo, yo soy de las que realmente no puede descansar al 100% antes de una jornada como esta. Era casi medianoche y aún no conciliaba el sueño, pero en el ínterin de conseguir a Morfeo, me quedé dormida y, como por arte de magia, eran las 4:45 am. Justamente la hora en la que había puesto la alarma para despertarme con holgura, ir al baño, acicalarme y, 20 minutos después, encaminarme hacia el punto de partida.
¿Cómo se viviría esta edición de la Gatorade Caracas Rock?
Había mucha expectativa. Desde el viernes 30 y sábado 1, cuando se llevó a cabo la entrega de materiales en el C.C. Líder, ubicado en El Marqués, lo único que prevalecía entre los aficionados era la pregunta: ¿cómo será la carrera este 2022?
El reloj marcaba las 5:20 am y, desde Altamira, ya se divisaban grupos de personas caminando hacia Las Mercedes, punto en el que la mayoría se concentraría para irse ubicando en sus corrales dependiendo del número que se les asignó. Estos no se otorgan por preferencia, sino por los tiempos y la cantidad de carreras acumuladas a lo largo de los años por cada participante.
Los grupos estaban impecablemente divididos en la vía. La Autopista de Prados del Este sirvió de escenario para recibir, muy graneaditos desde las 6:15 am, a quienes formarían parte de la carrera más esperada del año en Caracas. Se contabilizaban 6 grandes “corrales” que albergarían, por grupos, a unos 8.000 corredores provenientes de toda Venezuela.
Mientras eso ocurría, personal técnico, médico y de seguridad se iba desplegando a lo largo y ancho del kilómetro destinado a la aglomeración de deportistas. Estuvieron organizándose desde las 4:00 am para que todo se llevase a la perfección. Faltaba media hora para que comenzara la carrera y ya los carriles se iban llenando, poco a poco, siendo los últimos 3 los que más corredores aglomeraban.
Muchos caminaban, calentaban sus cuerpos, se estiraban, sonreían, aprovechaban de ir al baño (así sea en un montecito de los alrededores) y se daban palabras de aliento. Se trataban como familia, una que a esa hora y ese día estaba más unida que nunca gracias al deporte.
¡Que suene el rock!
A cinco minutos de que empezara a sonar el Himno Nacional de Venezuela, ya los corredores élite se encontraban en el primer carril. Lo mismo que los deportistas con condiciones especiales, quienes arrancarían un poco antes que el resto. Era palpable la emoción, también el sudor y el hacinamiento cuando se derribaron las cintas que dividía a los grupos de atletas. A pocos minutos de comenzar la Gatorade Caracas Rock, todos eran uno: la misma respiración, el mismo latido. Puro rock.
El grito de Carlos Domíngues Pernía, reconocido corredor venezolano que repitió como animador del evento, dio inicio a la carrera y la música comenzó a sonar más fuerte que nunca para darle inicio a esta edición número 21 de la carrera.
La subida de la autopista Prados del Este hacia Santa Fe es engañosa. Muchos creemos que corriéndola más fuerte, a un ritmo rápido por ser los primeros kilómetros, estamos haciendo las cosas bien. Pasa que, en carreras con un mínimo de 10 km, hay que dosificarse. El cuerpo necesita ahorrar energía para, en los últimos kilómetros, entregar el todo por el todo.
En estos primeros 3, que estuvieron plagados de mucha competencia y más rock, gracias a Horacio Blanco y Desorden Público, justo a la altura del Club Ítalo, muchos desafiaron no solo a su suerte sino su entrenamiento. Los atletas más avanzados, era de esperarse, se perdieron de vista rápidamente. Marvin Blanco parecía una gacela e, incluso, apenas a 10 minutos de haber empezado la carrera y yo pasando mis tres metros, él iba a la misma velocidad que el camión de prensa que se encontrada registrando la movida con una ventaja inmensa de cara a los corredores.
Se vieron un par de jóvenes bandas, sobre todo de talentos emergentes y 100% de sello criollo, quienes amenizaban el recorrido con mucha energía contagiando a quienes pasaban a su alrededor pisando el asfalto. Aliados como Minalba, 7ven Up, Maltín Polar y granolas Narú tenían sus puntos en cada kilómetro que acercaba a los atletas a la meta. Entre vítores, saltos, chocadas de manos, humo de color y descargas de adrenalina aupaban a quienes pasaban, sin detenerse, por sus arcos y señalizaciones.
Se repartía tanto agua como Gatorade por doquier. Quienes trotaban, sin embargo, en su mayoría hacían caso omiso de estas alternativas de hidratación porque es bien sabido que pueden ocasionar algún tipo de incomodidad si se ingieren líquidos, se corre y se hace una respiración indebida. Sentir un aire estomacal en plena faena es algo que no se le desea ni a nuestro peor enemigo.
Mucho rock pero pocas bandas
Pasando el kilómetro 6, unos 25 minutos después de haber salido, nos dimos cuenta de que pocos fueron los grupos que formaron parte de este recorrido. Más fueron los equipos de sonido que se desplegaron a lo largo y ancho de las calles para darle cabida al Rock and Roll prometido por la organización. ¿Nada de Caramelos de Cianuro o Viniloversus? ¿Candy 66 o Malanga? No, nada. Pero sí destacó la participación de un grupo de tambor que ensordeció a media Caracas y que le dio a los corredores una dosis de energía que, al parecer, se necesitaba más de lo que se quería aceptar por el kilómetro 8.
Esa subida por Concresa sí que pasó factura.
Muchos corredores se dejaban atrás; otros superaban al resto aprovechando la energía final de los últimos dos kilómetros. Algo que sí prevaleció durante todo el recorrido fue el respeto, las palabras de aliento y los gritos de apoyo entre los corredores. Si te veían aminorar el paso, decían: ¡Vamos, vamos que ya falta poco! Cuando alguien se caía, lo levantaban. Si otro se doblaba el pie o tenía calambres, nunca falto el ¿Estás bien? Todo esto sin perder su paso, pero marcando una gran diferencia entre quienes no muestran empatía por su prójimo. Aquí sí la hubo y con creces.
La última vuelta, ya retornando por el puente que le da cara al CVA de Caracas, justo entrando en Las Mercedes, fue el más duro. Muchos se esforzaban, como yo, para no perder el ritmo, pero el sacar lo mejor de sí no parecía ser suficiente para vencer la meta trazada. Ya cansados, se veía cómo otros aminoraron el paso mientras sus pares sacaban el correcaminos que llevaban dentro superando cualquier expectativa acerca de su marca personal u objetivo.
Yo, por mi parte, crucé la meta pasando el minuto 49. ¿Contenta? Depende del cristal con el que se mire, porque cumplí con hacer la carrera, pero no con el tiempo que había planeado. Me planteé hacerlo en 45 minutos y llegué 4 minutos tarde. Sin embargo, la experiencia me trasportó al 2016 cuando hice, formalmente, mi última Caracas Rock. No era que habíamos retrocedido en el tiempo sino que lo habíamos recuperado.
¿Cómo fue la Caracas Rock entonces?
Los atletas; los no tanto. Adultos mayores, adolescentes, niños y hasta mascotas de todo tipo fueron protagonistas de esta historia.
Las imágenes hablan por sí solas. Más de 8.000 personas tomaron las riendas de la ciudad este domingo 2 de octubre sin importar el tiempo interrumpido, la pandemia que paralizó la movida del running durante 2 años o el precio de la inscripción que, para muchos, fue un tema debatible. ¿35 dólares? Exactamente eso, o 280 bolívares en su defensa. Pero por ese precio se incluyó el número con tag de cronometraje desechable; la franela oficial de la competencia; hidratación durante toda la ruta; asistencia médica; servicio de guardarropa y certificado y medalla de participación.
Además, el refrigerio e hidratación en la llegada se contó en el paquete y nada como una buena botella de agua mineral fría, 250 ml de Gatorade helado, un cambur para encender de nuevo las revoluciones y medio kilo de granola natural para recuperarse del cansancio.
Al llegar, además de las acostumbradas medallas, se había construido un espacio para fisioterapia y masajes que ayudaría con malestares y calambres posterior a los 10 kilómetros. Además, las clínicas móviles de Venemergencia prestaron apoyo en la llegada de la carrera. Mientras tanto, entre tomar agua, comerme los refrigerios y darme cuenta de la organización en la tarima para recibir a una “banda sorpresa” que daría por terminado el evento, me dirigí a encontrarme con mis colegas periodistas en la carpa destinada a la rueda de prensa que se llevaría a cabo con los ganadores y organizadores de la Gatorade Caracas Rock 2022.
Joselyn Brea y Marvin Blanco dominaron la Caracas Rock 2022
Los maratonistas Marvin Blanco y Joselyn Brea se alzaron como los ganadores de la edición 2022 de la Gatorade Caracas Rock. Esa noticia fue la cereza de la torta, no solo porque hayan repetido en podio sino porque batieron sus propios récords. Como es costumbre, los atletas élite de la competencia dieron cátedra de su compromiso deportivo, logrando romper los dos récords de la carrera e incluso un récord nacional.
Los periodistas tuvimos que esperar media hora que sirvió no solo para organizarnos bajo la carpa sino para acicalarnos y dar lo mejor de nosotros de cara a la carrera. De nuevo, Carlos Domíngues Pernía hizo acto de presencia para, esta vez, ser moderador de la rueda de prensa oficial de la Gatorade Caracas Rock 2022 en su 21ª Edición.
Luego de un merecido descanso y después de haber desayunado, los dos ganadores y 4 finalistas se sentaron en torno a Marlon Monsalve, director de Eventos Especiales de Pepsi-Cola Venezuela, quien anunció que el premio de los primeros lugares, para Marvin y Joselyn, «se duplicaría» para ambos y que, en el caso de Joselyn, un extra por romper el Récord de Pista.
Joselyn Brea fue la gran estrella al lograr un tiempo de 32.34 minutos, superando por más de dos minutos su mejor registro de la competencia. Además, logró bajar por poco más de un minuto su propio récord nacional, manteniéndose como la mujer más rápida del país.
“Estoy muy contenta, la verdad no me esperaba correr tan rápido», recalcó emocionada y sonriente. «Vengo de hacer una buena preparación a base de altura», todo esto con el objetivo de dominar los Juegos Sudamericanos que serán dentro de 15 días. «Me encuentro en un buen estado de forma y espero luchar por esa medalla”, expresó.
“No pensé que iba a correr tan rápido, simplemente estaba disfrutando la carrera. Es una energía increíble correr aquí en Caracas”, concluyó la joven promesa venezolana.
El segundo lugar de la categoría femenina fue para Edymar Brea (33.41 minutos). El podio lo cerró Raquel Agudelo (35.54 minutos).
En la disciplina Masculina, Marvin Blanco consiguió un tiempo de 29.59 minutos, disminuyendo 11 segundos de su mejor registro y récord de la carrera.
El segundo lugar se lo llevó Winton Palma (30.04 minutos) y el tercer lugar fue para José Daniel González (30.50 minutos).
“Vengo entrenando los últimos meses aquí en Caracas, realizando carreras en varias ciudades del país. El objetivo principal siempre ha sido esta competencia”, resaltó Blanco.
Asimismo, destacó que su objetivo es estar bien día a día. Manifestó, a su vez, que tiene muchos problemas en los tendones y no ha podido entrenar como quisiera. Sin embargo, rescató que, si se llega sentir bien, le gustaría volver a correr un maratón. «Quiero acercarme a las marcas para formar parte de la selección de Venezuela”, aseveró.
Una vez más la cita más esperada para los amantes del running en Venezuela confirmó por qué figura en el primer lugar de las carreras 10K del país. Gatorade Caracas Rock volvió a superar las expectativas de los corredores que año a año se preparan para retarse a sí mismos en el asfalto.
«Desde ya podemos decir que la 22ª Edición de la carrera, la de 2023, es un hecho», señaló Marlon Monsalve despidiéndose de los periodistas para ir directo a la tarima que daría pie al espectáculo musical que sellaría el final de la carrera.
La banda de covers EA fue la encargada para cerrar el evento en una Plaza Alfredo Sadel repleta no solo de corredores, ganadores y finalistas sino de espectadores que aprovecharon de sumarse a la celebración que trajo consigo la Gatorade Caracas Rock 2022.
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