El futbolista danés Christian Eriksen llevará un desfibrilador implantado en su pecho para evitar que pueda sufrir otra parada cardíaca como la del pasado sábado. Los médicos tuvieron que reanimar al jugador luego de que se desplomara durante el partido entre su selección y Finlandia de la Eurocopa, según confirmó la Federación Danesa de Fútbol (DFU).
Este aparato es un pequeño dispositivo que puede tratar a personas con ritmos cardíacos peligrosamente anormales. El aparato envía pulsos eléctricos para regular los ritmos cardíacos anormales, especialmente aquellos que podrían ser peligrosos y causar un paro cardíaco.
«Después de que Christian Eriksen se haya sometido a diferentes exámenes cardíacos, se decidió que debería tener un ICD, un desfibrilador cardioversor implantable. Este aparato se necesita tras un ataque al corazón debido a las alteraciones del ritmo cardíaco», señaló la Federación Danesa en un comunicado.
El organismo confirmó que el futbolista del Inter de Milán aceptó la decisión y que esta medida la confirmaron además los especialistas nacionales e internacionales. Los médicos recomendaron el mismo tratamiento.
El tratamiento
La DFU, que pidió paz y privacidad el centrocampista y su familia, también recalcó que su médico, Morten Boesen, estuvo en contacto tanto con Eriksen como el especialista en Cardiología del Rigshospitalet donde está ingresado de cara a tomar esta decisión.
Por otro lado, uno de los médicos que le atendió en el césped del Parken Stadium de Copenhague el pasado sábado, Jens Kleinefeld, relató que solo fue necesaria una descarga para reanimarlo. «Abrió sus ojos 30 segundos después y pude hablar con él. Fue un momento muy conmovedor porque la tasa de éxito en este tipo de emergencias médicas es mucho menor en el día a día», indicó a la edición del jueves de los periódicos de la editorial Funke.
Además, se mostró seguro entonces de que Eriksen llegaría estable al hospital. «Normalmente es un cortocircuito lo que desencadena la fibrilación ventricular en un deportista profesional médicamente controlado. La descarga eléctrica da luego el impulso decisivo para que el corazón vuelve a latir y la probabilidad de que el corazón se detenga de nuevo es mínima con alguien así. A diferencia de los pacientes normales, por ejemplo, con patologías existentes», subrayó.