Se cumplieron 28 años del debut de Carl Herrera en la NBA. Fue uno de los primeros latinos que desembarcó en la liga y conquistó dos anillos de campeón con Rockets de Houston en los nventa. Por tanto, nos metemos en una extensa charla con la leyenda venezolana para contar lo mucho que le cambió la vida después de alejarse de la organización y el presente que le toca ahora que reside en Houston, según NBA.com.
Si bien el base puertorriqueño Alfred “Butch” Lee se convirtió en el primer jugador de origen latino en disputar la etapa regular de la NBA, con Los Angeles Lakers en la temporada 1979-1980 luego de ser canjeado por los Cleveland Cavaliers, su actuación fue bastante opaca luego de disputar 17 partidos con el inolvidable “Showtime” que lideró al título Magic Johnson en aquel año.
El venezolano Herrera, nacido en Trinidad y Tobago, debutó oficialmente cinco partidos más tarde de iniciarse la temporada 1991-1992. El 12 noviembre se enfrentó contra el legendario Rolando Blackman, de nacionalidad panameña, en el triunfo de los Rockets por 98-92 contra Dallas Mavericks, fuera de casa. Un choque latino muy raro de darse en esa época.
“Llegar a la NBA era como la llegada del hombre a la luna”
“Jamás en la vida me imaginé todo lo que pasó. Yo le tenía mucho respeto a la NBA, siempre la observé como todos la vemos. Para mí era como la llegada del hombre a la luna. Es muy difícil de alcanzarla, incluso ahora mismo”, cuenta Carl, a los 52 años de edad, en diálogo con NBA.com en español.
“El primer año como rookie no sabía dónde estaba parado, todo lo que me pasaba era una sorpresa. No me creía que estaba en la NBA. Se me hizo difícil porque los entrenamientos son muy rigurosos en la liga y te das cuenta de que son pocos los que sobresalen por encima del resto, entonces uno se pone mirar alrededor con los jugadores que se está enfrentando y automáticamente en la cabeza de uno se plantea cómo me podré mantener dentro de un equipo con tanta competencia”, recordó.
Un disparo en el pulmón pudo haber acabado con su carrera
Carl incursionó como entrenador en la Liga Profesional de su país hasta que un robo en 2014 lo obligó a pensar en el bienestar de su familia. “Fue un momento muy tenso para toda mi familia. Afortunadamente por mi fortaleza física, gracias a los años en el alto rendimiento, tengo la posibilidad de convivir con la bala dentro de mi cuerpo”, relata. Las secuelas podrían haber sido mortales: el tiro le traspasó el brazo y se alojó en la pleura del pulmón, y sufrió la fractura de tres costillas. “Me puse de costado cuando me dispararon y me dio en el brazo, atravesó la parte ósea y se alojó en el pulmón. Por el movimiento que hice puedo vivir con la bala dentro, me infrmaron los médicos», detalló.
La Llegada a la Liga
Todavía recuerda el primer contacto con la NBA. Un llamado telefónico muy importante encarriló el rumbo de su carrera unos meses antes del Draft de 1990. “Fue algo muy peculiar. Cuando salgo de la universidad, con el temor de no ser drafteado, lo que hice por mi cuenta fue comunicarme con muchos clubes en Europa, entre ellos el Real Madrid, para que me vean a través de algunos videos. De hecho, algunos enviados del Real terminaron yendo a Venezuela para observarme de cerca en la liga nacional y firmarme un contrato, pero a su vez también se puso igual mi nombre entre los elegibles para el Draft”, explicó.
Aquel año como jugador del Real Madrid fue elegido por Miami Heat en la 30° posición de la segunda ronda entre los 54 seleccionados del antiguo formato de la lotería. Esa misma noche fue traspasado junto a Dave Jamerson hacia los Rockets por Alec Kessler (12°).
“Durante el receso mientras estaba Venezuela, a la espera de comenzar los entrenamientos en Madrid, recibo un llamado de coach Rudy (Tomjanovich) y me pregunta qué es lo que estaba haciendo. Yo no entendía nada. Le explico que había firmado en España y me dice que los Rockets querían draftearme en la primera ronda. En ese momento me quedé helado y lo primero que pensé es que me había equivocado en todo, y por haberme lanzado a hacer algo sin saber”, rememora.
El impulso con la selección
Herrera formó parte del mejor equipo de la historia del básquetbol venezolano. Los “Héroes de Portland” consiguieron la medalla de plata contra el “Dream Team” en el Campeonato FIBA Américas. Una final inolvidable que les otorgó la primera clasificación de una Selección “Vinotinto” a los Juegos Olímpicos de Barcelona´92.
Ese torneo lo preparó para el gran desafío en la NBA: “Me demostró que podía enfrentarme de igual a igual contra los mejores atletas del mundo y darme la chance de jugar de la misma manera en la NBA. Y no solamente me refiero a Estados Unidos, porque Uruguay también tenía un equipazo y Brasil estaba demasiado bien cuando nos ganó por 47 puntos (NdR: 128-81). La gente se dio cuenta de que estábamos por encima de lo que todos se imaginaban”.
El “Amigo” de Houston
Fue Hakeem Olajuwon quien lo bautizó “Amigo” Herrera, un apodo que mantiene cada vez que pisa el Toyota Center. “Compartíamos bastante tiempo juntos cuando salíamos de gira. Hakeem tenía mucha experiencia sobre los restaurantes de cada ciudad, entonces nos acercábamos a cenar en distintos lugares para charlar de nuestras vidas. Y un día me preguntó cómo se decía ´friend´ en español, a partir de ahí toda la gente en Houston me conoce como Amigo por el propio Hakeem”, asegura.
Con su estilo de juego se ganó rápidamente el cariño de los compañeros y del público en Houston. “Uno de los jugadores que siempre imité fue Magic Johnson, constantemente intentaba copiar los movimientos. Era un sueño para mí ser piloto del equipo, el armador de juego. Ambos teníamos la misma estatura. Siempre traté de jugar como Magic, pero lógicamente lo terminé haciendo a lo Carl Herrera”, bromeó el pivote venezolano, siempre siendo determinante como sexto hombre.
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Versátil en el equipo
Houston Rockets ganó su primer anillo durante la 1993-1994 en las Finales contra New York Knicks que llegó a siete juegos. El venezolano jugó 75 partidos esa temporada y en ninguno participó del quinteto inicial. Saliendo desde la banca promedió 4,7 puntos y 3,8 rebotes en 17,2 minutos. “Yo siento que le daba una versatilidad muy grande al grupo. Podía ocupar distintas posiciones y darles descanso a mis compañeros. Quizás no tomaba demasiados tiros y tampoco convertía 30 puntos, pero la versatilidad que podía darle a ese equipo era tremenda”, reconoció.
Al año siguiente se repitió el título, vapuleando a Orlando Magic 4-0 en apenas una semana. Sus números se incrementaron y empezó a tener mayor protagonismo entre sus compañeros. Aquella temporada cerró con 6,8 puntos y 4,6 rebotes en 21,8 minutos.
Cuatro temporadas y dos anillos culminaron su etapa en los Rockets. “Me pegó muchísimo la despedida de Houston. Sentía que merecía un salario más alto”, menciona Carl. “Buscamos con muchos equipos y hablamos con Pat Riley en Miami Heat, pero me ofrecían un solo año de contrato. También con Boston Celtics donde me brindaban dos años, aunque apareció San Antonio Spurs con cuatro años y en plena salida de Dennis Rodman. Ellos querían a alguien que se acercara a Dennis, pero tampoco podía igualar a esa máquina de defender y tomar rebotes”, agrega sobre el “Gusano”.
Se lamenta mucho la evolución que tuvo la NBA desde su alejamiento en 1999, luego de ser enviado a Vancouver Grizzlies y Denver Nuggets en la misma temporada. “Es un básquetbol muy abierto. Hoy ya no se utilizan jugadores que se formaron para una posición en particular. Es muy dinámico porque son atletas cada vez más rápidos. Yo extraño mucho nuestra época, antes se utilizaban a todos en cualquier posición. Ahora los pivotes en el pick and roll en vez de salir hacia adentro, lo hacen para afuera. Creo que se le quitó un poco de colorido al baloncesto”, opinó.
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