Un triunfo de los Cardenales de Lara esta noche les daría el boleto directo a la gran final de la Serie del Caribe 2019 y esta noche estarán ante una oportunidad enorme para poner a soñar a los aficionados venezolanos que no celebran un título de este tipo desde hace exactamente 10 años.
La escuadra mexicana de los Charros de Jalisco aparece como el gran obstáculo en el camino de los venezolanos rumbo a la etapa decisiva; aunque es un rival ya conocido porque durante en el juego inaugural fueron totalmente maniatados por un staff de lanzadores, que se mantiene como el arma infalible de los pájaros rojos.
Yohan Pino, refuerzo originario de los Navegantes del Magallanes, fue el designado por el manager José Moreno para hacerle frente a la hasta ahora apaciguada toletería charra, misma que solo ha podido fabricar cinco rayitas en lo extenso del todo el certamen, incluida una sucia en el primer careo del certamen precisamente frente a los Cardenales.
Pino no terminó bien su campaña en Venezuela. Fungió como sustituto en la gran final de la LVBPcon el uniforme de los Leones del Caracas y el equipo de la causa que defenderá esta noche lo castigó con hasta seis carreras en menos de cinco episodios de labor. Aunque dicha actuación no sirvió para opacar lo que fue una gran contienda 2018-2019 con los filibusteros, con los que se convirtió en uno de los pilares de la rotación, conjuntamente con Wilfredo Boscán.
El experimentado escopetero de 35 años de edad cuenta con una alta cantidad de presentaciones en Serie del Caribe, pues formó parte de la recordada dinastía de los Tigres de Aragua, con quienes consiguió hasta cuatro campeonatos, el último ellos en la zafra 2011-2012.
Para Pino la apertura de hoy en el estadio Rod Carew de la capital de panamá representa un doble reto. Además de tener en sus envíos grandes posibilidades de otorgarle la clasificación a los larenses; también tiene la tarea pendiente de prolongar el dominio ejercido por el resto de sus compañeros lanzadores, que no permitieron carreras limpias en los primeros dos cotejos del vigente certamen. Eso sin contar que Néstor Molina y el propio Boscán, los otros dos integrantes de la rotación de Moreno, cumplieron con al menos cinco episodios de labor cada uno.
Por el resurgir. La única “deuda” que hasta ahora tienen los pajarracos ha sido la de la producción ofensiva. Si bien ha sido oportuna, no ha podido rendir los dividendos que se esperan de una alineación que cuenta con bates del calibre de Luis Jiménez, Rangel Ravelo y Carlos Rivero.
Hasta antes de la jornada de hoy los Cardenales acumularon apenas 8 hits en 51 turnos oficiales para un bajo promedio de .157, el segundo peor del torneo por delante del .129 que ostentaba los Cangrejeros de Santurce de Puerto Rico. La única ventaja ha sido el oportunismo, porque con esos imparables se realizaron hasta 6 anotaciones, la segunda mejor cantidad por detrás de las 8 que consiguieron los anfitriones Toros de Herrera.
Esta situación no preocupa en el seno de la organización venezolana, quien desde antes de emprender vuelo a territorio centroamericano vislumbró que su éxito dependería primordialmente del trabajo de los pitchers. Sin embargo, todavía confían en el resurgir de los paleadores larenses, a quienes les tocará lidiar esta noche con los lanzamientos del azteca Marco Tovar.
El zurdo de 30 años de edad fue asomado por el capataz Roberto Vizcarra como su cuarto iniciador para la justa; no obstante, el también siniestro Alex Delgado, quien participó en la postemporada de la LVBP con la tropa caraquista, también surge como una opción en caso de que el primero falle en su intento.