El partido que la Vinotinto empató 0-0 contra Ecuador estuvo marcado por el caos, la desorganización, la falta de seguridad y protocolo en el Estadio Monumental de Maturín. Usuarios en las redes sociales comentaron las situaciones irregulares que se vivieron en el recinto cuando, después de iniciado el juego, en el estadio entraron cientos de fanáticos sin boletos.
En las plataformas digitales, los fanáticos publicaron videos en los que se ve como una avalancha de personas ingresó al estadio a pesar de no tener boletos. Se ubicaron en las escaleras obstaculizando el paso, algunos incluso se pararon delante de los asientos de aquellos que sí tenían un puesto asegurado, impidiéndoles disfrutar del partido.
La situación fue algo sin precedentes, señaló otro usuarios. A las más de 60.000 personas que estaban en el recinto se les sumaron otras 20.000 que se encontraban fuera. La cantidad de público fue tal que tuvieron que habilitar una pantalla en el exterior para ver el juego. En una de las áreas del estadio la estampida de personas fue tal que incluso rompieron una reja para entrar.
Ganó el caos
En videos publicados en X se observan peleas en las gradas entre fanáticos o una estampida de personas corriendo para entrar. El usuario que publicó los videos aseguró que muchos de los presentes callaron la situación para quedar bien con la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), la única responsable del caos que se vivió y que pudo terminar en tragedia. De hecho, hubo invitados de la organización que tampoco pudieron entrar.
Otros usuarios comentaron que a pesar de estar habilitados cuatro puntos de acceso el personal que verificaba las entradas era escaso, por lo que el retraso causó colapsos innecesarios y retrasos. Después de un tiempo incluso dejaron pasar a todos los presentes sin importar si tenían boleto.
«Todos aplastándose, mujeres y niños llorando y lastimados, desmayados por falta de aire, peleas, entradas sin acceso», contó un usuario.
Aquellos que pagaron hasta 40 dólares para ver el partido ni siquiera pudieron disfrutarlo por la cantidad de gente sin entrada que accedió al lugar. No se podía salir ni ir a los baños. Tampoco había personal de seguridad en el interior que mantuviera el orden. A las peleas se sumaron personas que fumaban o tenían encendedores en las gradas.