La delegación de Boca Juniors fue trasladada a una comisaría de Belo Horizonte para prestar declaración por los incidentes ocurridos este martes en el Mineirao tras finalizar el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores 2021 contra el Atlético Mineiro.
Miembros del club xeneize y del Galo protagonizaron una gran pelea en el túnel de vestuarios tras finalizar el partido, que obligó la intervención de la Policía Militarizada lanzando gases y spray.
Según la Policía Militarizada del estado de Minas Gerais, al menos ocho personas vinculadas a Boca Juniors, entre jugadores, cuerpo técnico y dirigentes fueron identificados a través de las cámaras de seguridad durante la pelea y son acusados de tres crímenes: lesión corporal, agresión y destrucción de patrimonio público.
Además de los destrozos en el mobiliario del estadio, el delegado del partido también fue agredido.
Los acusados son los jugadores e Javier García, Carlos Zambrano, Carlos Izquierdoz, Marcos Rojo y Sebastián Villa, el entrenador de porteros, Fernando Gayoso, el auxiliar Leandro Somoza y el directivo Raúl Cascini.
La Policía Militarizada pidió a los ocho identificados que se presentaran en la comisaría para aclarar los hechos, aunque finalmente toda la expedición xeneize se trasladó hasta la 6ª Comisaria Regional de la Policía Civil de Belo Horizonte para declarar.
Descontento y destrozos
Los graves incidentes se produjeron tras finalizar el partido que el Atlético Mineiro venció en la tanda de penales por 3-1 después del 0-0 en los 90 minutos, el mismo resultado de la ida en Buenos Aires.
La expedición de Boca Juniors protestó mucho la anulación de un gol en la segunda mitad, algo que ya provocó un enfrentamiento entre ambos banquillos y que terminó con un expulsado de cada cuerpo técnico.
Según informó la asesoría de prensa del Atlético Mineiro, los jugadores de Boca Juniors, muy descontentos por la actuación arbitral, rompieron y lanzaron todo lo que encontraron a su paso en el túnel de vestuarios del Mineirao, hasta llegar al que les correspondía cuando terminó el partido.
Los agentes de seguridad del Atlético Mineiro respondieron a las agresiones y se creó una gran pelea en la que se lanzaron vallas, una fuente metálica y todo tipo de objetos.
La Policía Militarizada de Minas Gerais intervino para poner fin a la pelea lanzando spray y gases lacrimógenos. Algunos miembros de la delegación de Boca Juniors tuvieron que salir a las graderías del estadio para poder respirar tras los gases lanzados por los agentes.
Boca Juniors tenía previsto regresar a Buenos Aires durante la madrugada, aunque el entrenador Miguel Ángel Russo aseguró que no dejarán a ningún miembro en Brasil y que solo regresarán con todas las personas del club que volaron desde Argentina.