Bob Abreu fue exaltado este año al Mural de la Fama de los Filis / MLB.com

Bob Abreu no niega que sienta nostalgia. Al cumplirse este 28 de septiembre los cinco años de su retiro del beisbol activo, es patente el recuerdo de cuán difícil le resultó la decisión. Pero está tranquilo. Y contento. Le sobran motivos.

El Comedulce disfruta ahora viendo a sus herederos. En especial a ese Ronald Acuña Jr., que está pasando por arriba de todos los récords dejados por él y por otros venezolanos. “Está haciendo una cayapa”, ríe. Lo ve por televisión (a Acuña, pero también a Eugenio Suárez, a Gleyber Torres, a todos sus sucesores) y suelta un calificativo admirado: “Son unos fenómenos”.

Él también lo era. Por eso, del nuevo análisis estadístico surgen postulantes que sostienen que el suyo es un caso para el Salón de la Fama.

 

-¿Tienes nostalgia? ¿O eso solamente nos pasa a nosotros, periodistas y aficionados?

-Uno disfruta (ríe). La nostalgia siempre estará allí. Uno lo maneja, pero siempre recordando el tiempo en que uno jugó, el momento en que dije adiós al beisbol en el terreno.

-Mirando hacia atrás, ¿cómo ves aquella decisión?

-Bien. Fue difícil llegar a la conclusión de decirme que no iba a jugar más el deporte que amo, que me apasiona. Fue muy difícil. Pero tomé la decisión con mucho respeto, porque ya el cuerpo no respondía como antes y el fanático se merece lo mejor de nosotros.

-Y después de cinco años, ¿cómo miras tu trayectoria? ¿Ha cambiado lo que entonces pensabas? Muchos decían entonces que habías logrado una gran carrera, pero no lo suficiente como para el Salón de la Fama. Y ahora hasta tienes defensores. ¿Cómo ves tu trayectoria?

-La miro muy bien. Antes, para el Salón de la Fama, se pedían 3.000 hits o 500 jonrones. Pero ahora la sabermetría permite saber todo lo que yo hacía en el terreno, que no era solamente dar un hit o un jonrón. Ahora se engloba todo, y yo anotaba 100 carreras, tomaba 100 boletos, daba 30 o más dobles. De todo el paquete, hacía un poco. Creo que ahora están viendo más todo lo que yo hacía en el juego.

-¿Cambiarías algo de lo que fuiste? Siempre hay aficionados que hablan de tu paciencia en el home, diciendo que eso supuestamente te costó muchos batazos.

-Es muy difícil cambiar algo cuando ya tu manera de ser es la que es. Esa era mi forma de batear. Por un tiempo probé ser más agresivo y no me fue tan bien. Me sentía más cómodo, como bateador, viendo más los pitcheos. Nunca tuve miedo de batear con dos strikes. No cambiaría nada. Si hubiese sido más agresivo, quizás no hubiese tomado tantas bases por bolas y tal vez hubiera dado 3.000 hits, pero quizás no habría sido un bateador de .300, no sabemos. Yo no cambio nada. Me siento bien con mi carrera, con mi estilo paciente, de buscar un buen pitcheo para batear. No lo cambio.

-Grandes peloteros como Andrés Galarraga o Magglio Ordóñez no pudieron aparecer por segunda vez en la papeleta del Salón de la Fama. Ahora que desde este 28 de septiembre eres elegible para esa votación, ¿te ves capaz de recibir como mínimo el número de votos suficientes para repetir en las planillas, como pasó con Luis Aparicio, con David Concepción y ahora con Omar Vizquel?

-Sí, claro que sí. Creo que hoy, con todo lo que se está viendo, como se están analizando los números, creo que sí hay oportunidad. Tenemos que esperar, a ver qué sucede en enero.

-¿Has revisado casos parecidos al tuyo que entraron en Cooperstown, como el de Tim Raines o el Harold Baines?

-Fueron casos muy similares. Tenemos que esperar a que se conozca la votación. Pero hay números.

-¿Eres feliz en el retiro?

-Totalmente feliz. Disfruto lo que hago, disfruto el retiro. Estoy enfocado en mis nuevos proyectos como empresario. Lo disfruto al máximo. Estoy preparando la nueva colección de B-Top, con un refrescamiento del nuevo calzado. Tengo la música detenida. En este momento estoy enfocado en BTOP y en el proyecto de Panteras de Miranda, que los últimos dos años han ido a semifinales. Estoy contento con ese trabajo y con las otras cosas que estoy haciendo en el mundo de los negocios.

-¿Cómo miras el beisbol hoy? ¿Qué piensas de esta nueva generación de Grandes Ligas?

-Miro muchos juegos por TV. Me siento muy orgulloso por lo que hemos hecho. Desde los tiempos de Aparicio, los de Vizquel, Oswaldo Guillén, Galarraga, y también mis tiempos, que fueron muy bonitos. Pero también te digo que me siento orgulloso de todos estos jóvenes. Son unos fenómenos, por todo lo que están haciendo. Están poniendo nuestra bandera muy en alto. Les deseo mil bendiciones.

-¿Te sientes identificado con Ronald Acuña? Parece un Bob Abreu repotenciado.

-Un Comedulce bateando a la derecha (ríe). Sí, me siento identificado con él. Es un primer bate de lujo, hace todo en el beisbol. Está rompiendo nuestros récords y eso me hace sentir muy bien. Está haciendo una cayapa con todas nuestras marcas. Ojalá el Señor lo siga llenando de bendiciones.

-Hablemos del nuevo análisis del beisbol. Mencionaste la sabermetría, que te está viendo con mejor ojo. ¿Cómo la ves tú? ¿Te has acercado al nuevo análisis, ahora que gente como Bill James defiende tu caso para Cooperstown?

-Sí. He observado que es algo que permite ver a fondo cómo es un jugador. Cosas que normalmente no se ven. Todos estos números permiten un análisis muy completo.

@IgnacioSerrano


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