El expelotero dominicano David ‘Big Papi’ Ortiz negó este martes que intentara desalojar a su hijo de 12 años de edad y a la madre de este de una vivienda que posee en la turística Samaná (noreste del país), como denunciaron ambos el lunes, en medio de un caso judicial que tiene con la mujer por violencia psicológica.
Ortiz, quien está casado y reside en Estados Unidos, narró en una entrevista con el canal CDN que se presentó el lunes en la residencia «pacíficamente» para inspeccionar unos trabajos que están realizado en la propiedad y que le dijo a la abuela del menor de edad que quería estar a solas con este, al que no veía desde hace más de cinco meses.
Sin embargo, la madre del niño, identificada como Fary Almánzar, que no se encontraba en la casa en el momento del incidente, declaró ayer al mismo canal que el exastro de Grandes Ligas se presentó en el lugar «de forma intimidante» para desalojarlos de la vivienda, acción que grabó y colgó en el Instagram del hijo de ambos.
Ortiz aseguró que no es «un ogro» ni una «persona mala», al tiempo que se definió como «buen padre». Lamentó, entre lágrimas, lo que está ocurriendo con el niño.
Dijo que la situación «se ha salido» de control porque la madre del menor «no quiere aceptar» el fin de la relación extramarital que han mantenido. Esto en contra de lo que ella dijo el lunes, cuando afirmó que es él quien la amenaza por su negativa a continuar.
Además, este martes trascendió que la Procuraduría General de la República (PGR) emitió una orden de alejamiento a favor de David Ortiz en contra de su expareja. Esto tras la denuncia presentada por el expelotero el pasado 17 de junio en la Unidad de Violencia Intrafamiliar, informaron a Efe desde el órgano persecutor.
La decisión judicial «obliga a la señora Almánzar a abstenerse de molestar, intimidar o amenazar por cualquier medio, verbal, escrito directo e indirecto, así como por la vía telefónica a David Ortiz».
Esta orden se da a conocer después de que la Procuraduría General dominicana informó la semana pasada de que Almánzar denunció en mayo pasado a Ortiz por violencia.
Un día después, los abogados de Big Papi aclararon que la denuncia se refiere a «violencia psicológica» y no a una agresión física.
El detonante del enfrentamiento es, precisamente, la casa de Samaná que esta se niega a desalojar, según los abogados.
De acuerdo con la defensa de Ortiz, este pidió a la mujer que se mudara a un apartamento de lujo comprado por el expelotero para esta y su hijo en un sector exclusivo de Santo Domingo.
Almánzar se niega a mudarse, según lo que declaró a CDN, porque el apartamento está ubicado en el edificio donde vivía César Emilio Peralta, un supuesto narcotraficante dominicano arrestado en diciembre en Cartagena, Colombia, luego de permanecer casi cuatro meses prófugo, por lo que ella no se siente segura en el lugar.
Ortiz, de 44 años, tiene otro caso abierto en la República Dominicana, donde en junio del año pasado fue tiroteado, supuestamente por equivocación, en un bar de la capital del país, hecho por el que hay 14 personas en prisión.
Big Papi tuvo que someterse a varias operaciones quirúrgicas en Santo Domingo y después en Estados Unidos.
El presunto autor de los disparos, según las autoridades dominicanas, buscaba a otro individuo, relacionado con el tráfico de drogas.