Karim Benzema se quejó, según reveló su abogado Hugues Vigier, de que por razones de «baja política» y electoralismo lo metieran en una polémica que está afectando a sus hijos porque ven que «acusan a su padre de ser un terrorista«, y niega los reproches de que sea un musulmán integrista.
En una entrevista este viernes a la emisora France Info, Vigier cargó contra lo que calificó de «odioso chantaje» del ministro de Interior, Gérald Darmanin. El político desafió al futbolista a desmentir lo afirmó sobre su proximidad con los Hermanos Musulmanes y sobre su «indignación selectiva».
Darmanin señaló este jueves que si Benzema quería «mostrar su buena fe» tenía que publicar un mensaje de condena del atentado yihadista del pasado día 13 en Arran. En el suceso asesinaron a un profesor en su liceo, igual que mostró su solidaridad con los palestinos de la Franja de Gaza, en el marco de la ofensiva de Israel.
El letrado del deportista replicó que cree que «en estas condiciones, no tendrá muchas ganas de hacerlo». Su cliente no es quien tiene que mostrar sus buenas intenciones, sino el ministro, que tendría que «tener el valor político» de admitir que lo que dijo de él es «falso».
No es radical
Para Vigier, las palabras de Darmanin en las que señalaba la supuesta cercanía con los Hermanos Musulmanes, un movimiento integrista proscrito en algunos países, pero no en Francia, han sido «devastadoras». Además tienen un impacto «dramático» para Benzema.
Contó que anoche estuvo hablando con él y el futbolista le dijo: «Escuché tantas cosas sobre mí y tantas cosas injustas. Pero ahora son mis hijos, son mis hijos los que sufren porque acusan a su padre de ser un terrorista», reveló Benzema.
El abogado, que se mostró convencido de que esta polémica que se puso en marcha «por puro electoralismo» no servirá más que para alimentar la islamofobia y a la extrema derecha. Además afirmó que la práctica religiosa del futbolista «no es para nada radical, para nada».
Es más, señaló que cuando le relató por teléfono los reproches que le hacía el ministro de Interior por su proximidad con ese grupo integrista le señaló: «No sé lo que son los Hermanos Musulmanes. No sé a qué corresponde esa organización, cuál es su mensaje religioso o político de forma específica».
El futbolista -añadió el abogado- sí que escuchó el nombre de ese grupo «pero sin saber a qué correspondía ese término».
En la diatriba de Darmanin contra el antiguo internacional francés también entró este viernes la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen. Para ella «está claro que hay una complacencia de Benzema con el islamismo más radical que algunos pueden llamar fundamentalismo islámico».
El ministro habló de «vínculos notorios» del jugador con los Hermanos Musulmanes pero sin aportar pruebas concretas. Alegó que es un instrumento de propaganda de una concepción rigorista de la religión musulmana y que esa organización utiliza la notoriedad de algunas personalidades para popularizar esa visión.