Con la entrega de tres de los seis boletos a la postemporada de la LVBP -para Magallanes, Leones y Cardenales, el viernes- y la inminencia de la clasificación de otros dos equipos -Águilas y Tigres-, Tiburones de La Guaira y Bravos de Margarita quedaron contra las cuerdas.
Aunque una derrota de La Guaira ayer facilitaría el avance de aragüeños y zulianos, no seria una condena de muerte para los litoralenses.
A Tiburones y Margarita les quedan horas de vida, pero ambos equipos parecen enrumbados a una inevitable eliminación. Los salados, además, deben lidiar con la suspensión por tres choques de su manager Oswaldo Guillén.
Son los últimos en la tabla de clasificación y están a 3 juegos y 3 œ, respectivamente, de Caribes de Anzoátegui, el único al que pueden darle caza por el último cupo a la segunda fase del campeonato.
Con rachas adversas (de tres y cuatro derrotas consecutivas y récords de 2-8 y 3-7 en los últimos 10 partidos), no solo tendrían que ganar todos los juegos que les quedan, sino además ligar que los anzoatiguenses no vuelvan a conocer el triunfo para poder darles caza y aspirar a jugar en la primera semana de enero y seguir en carrera por el campeonato.