Los constantes esfuerzos por hacer callar al bate de Francisco Cervelli resultaron en vano. Ni la maña de Bartolo Colón o los lanzamientos del relevista Sam Freeman pudieron espantar la rebeldía del receptor de los Piratas de Pittsburgh.
En los cinco turnos que tomó, el careta se ponchó una vez. Ese fue el único fallo de su jornada contra los Bravos de Atlanta. El crujir de su madero, aunque lejano para los 33.713 espectadores en el SunTrust Park, fue suficiente como acto de rebelión contra los embates rivales. Pegó cuatro hits, incluido un doble en línea tendida a la profundidad del jardín izquierdo; el batazo fue producto de la poca piedad que le tuvo a una recta de dos costuras de Colón, a 85 millas por hora.
Sus otros tres cohetes no requirieron de la fuerza bruta. Fueron bien pensados y colocados. En el segundo inning dio un rolling que se adentró en las praderas después de dejar atrás al antesalista y campocorto de Atlanta, fue la misma receta de su imparable en el tercer capítulo. En el octavo, colocó la bola por el medio del campo.
Además, sus alzamientos contra la dificultad de batear desembocaron en par de carreras impulsadas que ayudaron a los Piratas a triunfar 9 por 4. Ya son 20 fletadas para Cervelli en 38 encuentros disputados. El ritmo le augura superar los 43 remolques, su tope en las mayores, que logró en la campaña 2015, su primera con los bucaneros.
Dar cuatro imparables no es algo nuevo para el catcher. Lo ha hecho en cuatro oportunidades; de hecho, la última fue el 18 de agosto de 2015, contra los Cascabeles de Arizona.
Su cuarteta de incogibles es una noticia diferente a las que ha protagonizado Cervelli en las últimas semanas, pues ha sido el vocero principal de los peloteros grandeligas que se han pronunciado en protesta contra la violencia, represión gubernamental y escasez de alimentos y comida que vive Venezuela. Incluso, escribió un artículo para el portal The Players Tribune, donde peloteros cuentan historias en las que describen la situación que atraviesa el país.
En el mismo juego, el jardinero José Osuna se fue en blanco en cuatro chances, pero anotó par de carreras. Por los Bravos, el patrullero Ender Inciarte ligó de 5-1 y bajó su promedio de bateo a .289.
En Florida
Los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim fueron blanqueados 4 por 0 por los Rays de Tampa Bay, pero el resultado no fue culpa del relevista Deolis Guerra, quien trabajó pulcramente en 2.0 episodios y solo aceptó un imparable, además de dar un boleto.
Luis Valbuena, después de cubrir la antesala y la inicial, no pegó hit en cuatro visitas al plato, y el receptor Juan Graterol se fue de 3-1. En la causa de los Rays, el careta Jesús Sucre también se fue de 4-0.
La pesadilla de Odúbel Herrera
Si bien los Filis de Filadelfia ganaron 2 por 1, en 11 innings, a los Rockies de Colorado, el juego resultó una pesadilla para el venezolano Odúbel Herrera. Las cinco veces que se asomó al plato fue ponchado para disminuir su promedio a .226. El slump del zuliano es el más pronunciado en su carrera de dos temporadas en Grandes Ligas. El año pasado bateó para .286 y en 2015 para .297.
El también criollo César Hernández tuvo un poco más de suerte al irse de 5-2, así como Freddy Galvis que ligó de 4-1. Edubray Ramos estuvo perfecto en un inning y la victoria la obtuvo Jeanmar Gómez, en su regreso de la lista de incapacitados. Por los Rockies, Carlos González se fue de 5-2 y Gerardo Parra de 1-0.