Los Criollos de Caguas, verdugos de los venezolanos Caribes de Anzoátegui en la semifinal de la Serie del Caribe, completaron su dominio en el torneo regional, al derrotar a las Águilas Cibaeñas en la final, la madrugada de este viernes, y escribir su nombre con grandes letras de oro en los libros que recogen la historia de la competencia que fue creada en 1949 por Oscar “Negro” Prieto y Pablo Morales.
Los campeones de Puerto Rico aplastaron a sus pares de la República Dominicana con pizarra de 9 carreras por 4 en el estadio Charros de Guadalajara, revalidando la corona obtenida en 2017 y alcanzando con eso un récord: es apenas la tercera vez que un mismo equipo gana en años consecutivos el Clásico de Febrero.
Únicamente los desaparecidos Tigres del Marianao, de Cuba, entre 1957 y 1958, y los propios aguiluchos de Quisqueya, entre 1997 y 1998, habían logrado la hazaña de cargar con dos trofeos de manera corrida.
Es, además, el décimo sexto cetro para las delegaciones de la Isla del Encanto, una cifra apenas superada por los 19 lauros que se han llevado los clubes de la República Dominicana.
La victoria ocurre seis meses después de que dos poderosos huracanes arrasaran suelo puertorriqueño, obligando a sus pobladores a vivir sin electricidad, telefonía y otros servicios básicos durante semanas. La doble tragedia, de hecho, también impidió la normal realización de la Liga Roberto Clemente, el circuito profesional al que pertenecen los Criollos.
Caguas obtuvo su boleto a esta Serie del Caribe en un campeonato recortado, que se inició el 6 de enero, cuando las demás ligas del área ya habían comenzado la disputa de sus playoffs.
“Pasamos una prueba grande por las tormentas”, declaró Jonathan Morales, uno de los héroes de la final, interpelado por la agencia noticiosa The Associated Press. “Cuando (el huracán) María terminó, sentí la confianza de que íbamos a ganar. No era normal lo que yo sentía. Lo hicimos por la isla y por todo lo que pasamos. Dios siempre nos suple, pasamos por pruebas, pero somos unos duros”.
Morales coronó con jonrón una crucial reacción de seis anotaciones en el séptimo inning, con la que Caguas volteó un marcador que antes de eso perdía con resultado parcial de 4 por 3.
Los dominicanos, que no ganan desde 2012, llegaron al duelo decisivo después de cortar una seguidilla de 11 derrotas que se remontaba a tres ediciones anteriores de la justa.
Venezuela se mantiene como el país activo con menos éxito en la historia de la Serie del Caribe. México ocupa la tercera plaza con nueve conquistas, seguido por Cuba con ocho y los representantes de la LVBP con siete. Panamá, que está ausente desde 1961, consiguió una.
Anzoátegui probó dos veces el poderío de los boricuas, que se impusieron a la tribu en la primera fase con resultado de 12 por 7, antes de repetir en las semifinales en disputado choque, 6 por 5.
Los campeones cerraron con balance total de 4-2 en seis duelos.
La lluvia demoró el inicio del cotejo último, que se completó ya en horas de la madrugada venezolana. También fue un preámbulo melancólico y en cierto modo poético, ante lo sufrido por los puertorriqueños en 2017.
“El huracán María hizo desastres, fue una temporada corta, jugamos de día y recortando salarios”, recordó el manager Luis Matos. “Fueron muchas cosas, pero teníamos que luchar”.
La tragedia consiguió un feliz epílogo deportivo, inédito para Borinquen, mientras los habitantes de la Isla del Encanto continúan reconstruyendo su país.
“No quería hablar de los campeonatos consecutivos, para no poner presión a los muchachos”, admitió Matos, emocionado. “Pero ellos lo hicieron realidad”.
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