El zurdo Martín Pérez vive un resurgimiento como lanzador y le disputa a los mejores pitchers venezolanos el derecho de ser tenido como el abridor criollo más sobresaliente del momento, todo gracias a un pitcheo que hasta hace meses no formaba parte de su repertorio.
El serpentinero nacido en Guanare puso su efectividad en 3.41 después de lanzar ocho innings en blanco ante la temible alineación de los Astros de Houston, el miércoles, pero ese registro se reduce a 2.08 cuando se excluyen sus presentaciones como relevista.
“Mi agente (Félix Olivo) me decía que debía desarrollar la recta cortada, que iba a ser importante para mí. Y pensé, ¿por qué no?”, relató Pérez ante las cámaras de Fan Zone Coverage. “Creo que fue una muy buena idea aprender a tirarla”.
El pitcheo se ha convertido en su preferido, dejando la recta de dos costuras, el cambio y la curva como lanzamientos secundarios, según propia confesión.
Pérez tiene marca de 4-0, incluido un triunfo como apagafuegos, y su presentación frente a los siderales fue su mejor en más de dos años. Antiguo prospecto número uno del pitcheo de los Rangers de Texas, vive un momento idílico,luego de un 2018 para el olvido.
“En la medida en que me siga sintiendo así de bien, voy a seguir trabajando de esta manera”, sostuvo el llanero. “Seguiré siendo agresivo. Estoy controlando mis pitcheos, están cayendo en strike. Tengo la sensación, ahora mismo, de que puedo salir y tirar cualquier cosa. La recta cortada va a hacer que mis envíos secundarios sean mejores. Seguiré con mi plan, disfrutando lo que estoy haciendo”.
Aunque la muestra es pequeña, Pérez es colíder ganador en triunfos entre los abridores venezolanos (igualado con Germán Márquez y Jhoulys Chacín), es segundo en promedio de carreras limpias (detrás de Yonny Chirinos) y ha entregado solamente 5 bases por bolas en 26 entradas como parte de la rotación de los gemelos.
Hace 12 meses salió del quinteto de iniciadores de los vigilantes, entre lesiones y problemas de consistencia, y cerró la justa con 6.22 de efectividad. De por vida tiene 4.58 en ocho torneos. Nunca había puesto un registro como el actual, mientras avanza su proyecto de reingeniería monticular.