El dominicano Jesús Valdez tiene pocos ratos de paz y tranquilidad, no importa si es dentro del clubhouse de los Navegantes del Magallanes. Es uno de los puntos negativos que conlleva ser la sensación ofensiva de la liga. Todos los periodistas están hambrientos por una entrevista y sus compañeros lo bombardean con bromas: “Me dicen: ‘Cacao, qué es lo que estás comiendo aquí’”, comentó entre risas el jardinero. “Los muchachos son los que me han hablado de records, pero yo solo pienso en jugar pelota y ayudar al equipo”.
Si alguien es de carácter reservado le resultaría difícil ser el Cacao –como le bautizaron en México por sus largas conexiones-, pero más complicado sería estar en los zapatos de los lanzadores que se atreven a enfrentarlo. Él, simplemente, ha hecho lo que ha querido con el pitcheo de la LVBP.
Sin contar el juego de anoche, contra los Leones del Caracas, ostentaba 13 cuadrangulares, 44 carreras remolcadas, .353 de average de bateo, 1.149 de OPS y 93 bases alcanzadas; todas cifras topes en el circuito. Incluso poseía más vuelacercas que todo el equipo de Tiburones de La Guaira (9) y Bravos de Margarita (4), y la misma cantidad de los melenudos.
“Creo que nunca he tenido un año así en ninguna parte”, dijo mientras trataba de recordar algún punto de su extensa y nómada carrera con alguna inspiración semejante. “Y es porque siempre comienzo lento y termino mejor. Pero desde el primer día me ha ido bien, creo que es por la experiencia”.
Valdez juega pelota profesional desde 2003. Ha pisado los terrenos de las menores, México, República Dominicana, ligas independientes y Japón. Venezuela solo es un país más en su hoja vital.
Lo que sorprende más es el ritmo que posee. Ayer amaneció ayer con una proyección de 23 cuadrangulares que dejaría en el olvido los 21 de Alex Cabrera en la temporada 2013-2014, así como una estimación de 83 carreras impulsadas, cifra que haría añicos las 67 fletadas de Jesús Guzmán en la 2008-2009.
“Creo que siempre me acostumbré a jugar en estadios grandes. En Yucatán (en donde juega con los Leones, en la Liga Mexicana de Beisbol) la pelota no corre”, destacó. “Allá conecté muchos dobles que aquí son jonrones, porque Venezuela tiene parques en donde la bola corre más”.