El resurgir que han tenido los Tiburones de La Guaira ha sido de tal magnitud, que sus victorias no se han limitado a llegar solo en condición de locales, como solía caracterizarlos durante al menos las tres últimas temporadas de la LVBP.
Al conjunto litoralense le resultaba toda una odisea poder salir airosos en territorio ajeno, pero durante la segunda mitad del vigente campeonato esa situación se ha revertido y para muestra está la reciente gira que tuvieron por el occidente del país, en la cual consiguieron tres triunfos en cuatro desafíos.
La última vez que los Tiburones jugaron en casa fue el 1 de diciembre. Desde entonces emprendieron un viaje hacia Barquisimeto, para luego saltar a Maracaibo y de nuevo regresar a tierras crepusculares, todo en un lapso de 9 días.
El exitoso camino inició con un triunfo frente a Cardenales en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez con un despliegue ofensivo que constò de 17 imparables y seis carreras, por tan solo tres permitidas.
Dos días más tarde se toparon con las alicaídas Águilas del Zulia en el afamado recinto Luis Aparicio el Grande y allí, con una remontada de lujo, después de estar abajo 0-5, y terminaron adjudicándose el triunfo 12 a 5 guiados por el bate de Héctor Sánchez, que cerró con jonrón y cinco empujadas.
Apenas horas después, tanto rapaces como escualos se volvieron a enfrentar y nuevamente los visitantes salieron airosos, en esta ocasión gracias a su pitcheo que apenas permitió una rayita, suficiente para vencer 2 a 1.
Breve interrupción. A los Tiburones le tocaba chocar un par de veces más con las Águilas, pero los desafíos se vieron interrumpidos por la tragedia que enlutó al beisbol venezolano con la muerte de José Castillo y Luis Valbuena.
Reanudada la acción después de tres días de duelo, La Guaira estuvo a las puertas de regresar a casa de manera invicta, pero el lunes por la noche un ataque de los Cardenales de Lara les impidió que eso sucediera.
Con el cerrador Gregory Infante de permiso tras la desaparición física de su padre, a Oswaldo Guillén le tocó emplear al norteamericano Sam Runion como su apagafuegos y este en su primera oportunidad cumplió, pero en ese ùltimo desafío sucumbió ante los pájaros rojos.
El derecho no pudo sacar ni un out y le fabricaron las dos rayitas con las que los Cardenales doblegaron 3 a 2 a los Tiburones y celebraron emotivamente en honor a sus dos jugadores perecidos en un accidente de tránsito.
Aún así, para Oswaldo Guillén fue un más que positivo viaje por el occidente de Venezuela, que les sirvió para mejorar su foja a 10- 14 cuando ven acción en el hogar de un adversario y además mantenerse jugando en al menos .500 después de casi dos meses sin poder hacerlo.
Unos se van, otros llegan
A partir de hoy los Tiburones inician una décima semana de campeonato, en la que tendrán la sensible baja de un hombre importante en el auge de las últimas semanas, como lo es Miguel Rojas. Sin embargo, podrán contar por primera vez después de seis campañas con el bate de su jugador estrella Grégor Blanco; así como también con dos piezas foráneas con currículo grandeliga, como lo son el experimentado Sergio Mitre y el dominicano Willy García.