El ex primera base de los Medias Rojas de Boston Bick Buckner quien pasó a la historia por un grosero error cometido durante la Serie Mundial de 1986, falleció este lunes a los 69 años de edad como consecuencia de problemas de demencia, informó la familia.
Buckner jugó 22 temporadas en las Grandes Ligas, salió elegido una vez al Partido de las Estrellas y ganó el título de bateo en 1980, además de acabar con 2.715 imparables, 1.208 carreras impulsadas, 1.077 anotadas y 174 cuadrangulares.
Pero fue una pelota que pasó entre sus piernas en el Shea Stadium de Nueva York, la noche del 25 de octubre de 1986 lo que le hizo protagonista de uno de los momentos más impactantes del béisbol y que lo mantuvo siempre en el salón de la «infamia» deportiva.
Los Medias Rojas, que buscaban su primer título de la Serie Mundial desde 1918, tenían ventaja de 5-3 al final de la décima entrada del Juego 6 contra los Mets de Nueva York.
El equipo metropolitano, campeón del banderín de la Liga Nacional, empató la pizarra con dos carreras, luego envió a Mookie Wilson al plato.
Wilson trabajó un conteo de 3-2 ante el relevista Bob Stanley, y con un corredor en la segunda base, pegó una rola lentamente por la línea de la primera base en el décimo lanzamiento del turno al bate.
Buckner se dirigió hacia su izquierda, bajó el guante para quedarse con la pelota detrás de la almohadilla y vio como, de manera inexplicable, pasó por debajo de sus piernas hacia el jardín derecho.
Ray Knight anotó para dar a los Mets una victoria de 6-5 y permitirles llegar al Séptimo Partido, que también ganaron, llevándose la Serie Mundial y dejando a los Medias Rojas a solo un ‘strike’ de haber sido ellos los campeones.
Sus compañeros de equipo de los Red Sox dijeron que Buckner no tuvo la culpa, y señalaron que Boston ni siquiera habría estado en la Serie Mundial sin sus esfuerzos en esa temporada.
«Nadie jugó más fuerte que Bill. Nadie se preparó tan bien como Bill Buckner, y nadie quería ganar tanto como Bill Buckner», declaró el jardinero derecho Dwight Evans.
Pero muchos, especialmente los seguidores de los Medias Rojas, no lo vieron de esa manera y siempre lo culparon de haberse quedado sin el título de la Serie Mundial que tanto deseaban.
«Cuando la pelota pasó entre las piernas de Bill Buckner, cientos de miles de personas no solo vieron eso como un error, sino que vieron eso como algo que él les había hecho personalmente», escribió el viejo columnista del Boston Globe, Bob Ryan.
Ese único momento terminó definiendo la carrera de Buckner, e incluso lo siguió después de eso en todo lo relacionado con su vida personal y estancia en el área de Massachusetts.
Después que se retiró, en 1990, él y su familia permanecieron en Massachusetts, donde se sentían a gusto e identificados con el tipo de vida que llevaban.
Pero las burlas y las críticas de los fanáticos y los medios de comunicación continuaron, obligándolos a mudarse al estado de Idaho, donde Buckner, un ávido amante de la naturaleza, compró un rancho.
Los Medias Rojas lo invitaron a participar en una ceremonia en Fenway Park en honor al aniversario de 20 años del equipo de 1986. Buckner se negó.
Poco a poco el rechazo de los seguidores de los Medias Rojas hacia Buckner fue desapareciendo, especialmente a partir del 2004 cuando Boston ganó el título de la Serie Mundial ante los Cardenales de San Luis y acabaron con la «Maldición del Bambino» al barrer en el ‘Clásico de Otoño’.
Boston, cuatro años después, en el primer partido de la temporada regular (2008) en casa de los Medias Rojas, tras haber ganado en el 2007 el segundo título de la Serie Mundial, lo celebraron en el Fenway Park con los grandes y antiguos deportistas de Boston y entre ellos, esta vez, si estuvo Buckner.
El momento fue emocionante y apoteósico cuando con el fondo de una gran bandera estadounidense que colgaba sobre el Monstruo Verde, Buckner fue presentado y los seguidores de los Medias Rojas le dedicaron una ovación en pie que duró dos minutos.
Con lágrimas en los ojos, el zurdo hizo el primer lanzamiento ceremonial, un strike al ex compañero de equipo Evans mientras los aficionados presentes en el Fenway Park rugían de entusiasmo.
«Realmente tuve que perdonar, no a los fanáticos de Boston, en si, pero tendría que decir en mi corazón que tuve que hacerlo con los medios de comunicación», declaró Buckner, quien reconoció que volvió al Fenway Park para reivindicar lo malo que le hicieron a él y su familia, y demostrar que había podido con todo y superado.